Diputadas y diputados locales de nuestro país enfrentan el reto de conseguir visibilidad pública para ganar conocimiento, aceptación e intención de voto; elementos insustituibles en cualquier proyecto político.
Sin estos tres ejes nodales, difícilmente una carrera política puede prosperar por la vía de mayoría relativa. Las diputadas y los diputados plurinominales podrían sobrevivir temporalmente fuera de la atención mediática y sin una popularidad aceptable e ir saltando de su congreso local a las cámaras federales, pero difícilmente podrían ganar una elección a gobernadora o gobernador en su estado.
La dificultad para las diputadas y los diputados locales para ganar visibilidad mediática y popularidad tiene origen en varios frentes derivados del mismo sistema parlamentario en el que están sentadas las reglas de juego:
- Mayorías parlamentarias del mismo partido de quien gobierna. Representar legislativamente a un distrito local implica –aunque no obligatoriamente– ir en armonía y sintonía con las narrativas y ritmo del Gobierno estatal.
Ese acompañamiento va implícito en su función legislativa. Difícilmente habrá una disonancia. Todo lleva el aval del gobernador o gobernadora y acompañarles a sus eventos públicos y salir en la foto es ya un falso incentivo de ser tomada o tomado en cuenta.
- La conformación de bloques partidistas en cada congreso implica actuar unidireccionalmente. Las pocas declaraciones en medios y los discursos en tribuna presuponen un cuidado escrupuloso en las formas para no dañar posibles acuerdos con los aliados.
- Los medios de comunicación locales están más enfocados en el análisis de la producción legislativa por partido o bloque restando interés en las funciones sustantivas del poder regional que tiene cada legisladora o legislador en sus distritos.
Son pocos los casos donde el pluralismo en la composición de cada congreso local es el foco de atención pública. La singularidad surge solamente cuando hay veto o bloqueo a las iniciativas de las gobernadoras y los gobernadores por carecer de mayorías.
Independientemente de los casos, hoy la atención pública está centralizada en los coordinadores parlamentarios que buscan una gubernatura o reafirmar su liderazgo con el gobernador o gobernadora.
- Una fuerte debilidad institucional de los órganos de asesoría, de apoyo parlamentario y de comunicación legislativa que les permita visibilizar el trabajo del sistema de comisiones que hacen cada una de las diputadas y los diputados que no son titulares de los órganos de decisión de sus congresos.
- En la actualidad, es endeble la difusión institucional en temas como la supervisión, la rendición de cuentas y fiscalización de los congresos. Esta debilidad se acentúa más si el Gobierno es del mismo partido de la mayoría.
- En este escenario, un gran conjunto de legisladores y legisladores del país, sin importar su partido político, centran su comunicación en narrativas comparsas con la aprobación de iniciativas propuestas por el Ejecutivo local y en las inercias de su partido a nivel nacional.
La excepción de estos escenarios la conforman diputadas locales que estratégicamente rompen con la regla. Un grupo de ellas han comenzado a posicionar su trabajo de manera diferente.
Ellas son diferentes por resguardar las siguientes características:
- Sin llegar a la disrupción, proponen y construyen soluciones que sus propios gobiernos junto con sus gabinetes no han podido encontrar. Ellas tienen esa capacidad de ver un poco más allá, de prever escenarios y de comunicar en consecuencia.
- En el Congreso son la voz de los que no la tienen, encabezan causas, visibilizan y transforman problemas de minorías a temas de atención del Gobierno local y federal.
- Su comunicación está dirigida a informar, conectar y convencer a todo tipo de votantes de sus distritos. Saben que hay que buscar la reelección día con día.
- En sus casas de gestión se defiende al que menos tiene y más lo necesita. Esos lugares han dejado de ser subsedes de sus partidos; hoy son sitios donde tiene lugar la atención comunitaria.
- Conocen el valor de las redes sociales en las que no solamente son reflejo de su trabajo en el Congreso, sino que son canales de gestión digital y de activismo político electoral. Saben que las publicaciones de selfis y efemérides son obsoletas.
Ellas, las nuevas legisladoras, son conocedoras del valor de comunicar con estrategia. Capitalizan todos sus atributos, cuidan su físico, pero fomentan y fortalecen más sus valores y principios. Abanderan y defienden una causa popular, pero también luchan por lograr sus metas sociales.
Ellas encabezan un nuevo modelo de legisladoras que cada vez son más preparadas intelectualmente y gozan de mayor sensibilidad social que sepulta la frivolidad de la política de cuotas y cuates plurinominales de antes.
Ellas son las que hoy rompen con el anonimato; ellas son las que hoy ganan elecciones.
@Javoesquivel