Raúl D. Lorea
@ArqLorea
Ayer caminaba entre dos edificios de cristal y pude notar cómo me quemaba más el reflejo de las ventanas que el lado donde me daba el sol directamente. Me resultó más que incómodo y me recordó el caso del edificio bautizado como “Walkie Talkie”.
Se trata de la Torre “Fenchurch 20”, que tiene 36 pisos y alcanza una altura de 160 metros. Fue inaugurado en 2014 pero su peculiaridad es que, la superficie cóncava de una de sus fachadas, actúa como una lupa gigante y reflejaba los rayos del sol de forma tal que, no sólo deslumbraba fuertemente a las personas, sino que provocaba temperaturas superiores hasta en 20° con respecto de la temperatura ambiente, llegando incluso a derretir partes plásticas de un automóvil que estaba estacionado.
La fachada del “Walkie Talkie” es un error de diseño costoso para reparar, y más que incómodo para quienes padecen su “rayo mortal” (como lo llaman los habitantes). Obligó a que se tomaran medidas poco estéticas para proteger a las personas y a los edificios de enfrente, pues el calor daña sus materiales. Para ello, colocaron andamios y paneles para disminuir los rayos del edificio.
En Querétaro se construyen cada vez más edificios con fachadas de vidrio es importante que tanto autoridades como responsables tomen conciencia de lo que puede provocar un diseño mal planeado, como el del “Walkie Talkie” que se volvió una atracción turística por los efectos negativos que provoca a su alrededor.
¿Qué haría Usted, amable lector(a), si su casa recibiera un reflejo tan nocivo?