Javier Esquivel
Este año se ha caracterizado por ser epicentro de cruentas batallas político electorales entre la oposición y el oficialismo. Duelos de estrategia que difícilmente verán su fin con la renovación de la presidencia en 2024.
Aprender a perder o a ganar episodios será una constante para cada bando hasta el final del sexenio. Hasta antes de hoy, el oficialismo parecía haberle encontrado el lado endeble a la oposición por su falta de capacidad de reacción y su debilidad en la comunicación.
Sin embargo, hoy a los partidos opositores se le vuelve a presentar la ocasión de capitalizar nuevas oportunidades como la baja participación de la gente en las consultas ciudadanas y el voto en contra a las reformas relativas a la industria eléctrica, a la reorganización del sistema político electoral y de la regulación a la Guardia Nacional.
Luego del rechazo de la Ley eléctrica la ventaja parece estar del lado del PAN-PRD-PRI ya que las iniciativas propuestas por Morena y aliados carecen de las simpatías del grueso de la población.
El votar en sentido negativo, pero a favor de energías limpias y defensa del INE les ofrece la oportunidad de ganar algo más que simpatía con los antimorenistas que cada vez son más en todo el país.
Ahora habrá que ver si esta oposición es capaz de hacer rentable y capitalizar ese su voto en contra que será bien recibido por los varios grupos ciudadanos independientes se han dado a la tarea de visibilizar los puntos que, a su juicio, consideran no viables y débiles de las iniciativas del morenismo.
Con esta nueva oportunidad se esperaría que ahora sí eleven el costo político y rentabilicen su papel de oposición. Acto que no sucedió con el rechazo ciudadano a participar en las consultas de revocación de mandato y juicios a expresidentes.
Los partidos de la Alianza “Va por México” no pudieron visibilizar y hacer provechoso el resultado.
Los datos oficiales del INE permitían construir interpretaciones, análisis y narrativas con sustento para desmotivar, restar, dividir y poner en duda la eficacia de operación interna a Morena y a la Cuarta transformación. Con un grupo de voceras y voceros capacitados en la materia bien pudieron haber hecho algo más que solo pedir anular la consulta.
Por ejemplo, se pudieron elevar y visibilizar los puntos débiles de cada personaje clave que quedó a deber con su partido, pero no se hizo, el tiempo no les alcanzó ya que estratégicamente el oficialismo colocó en la agenda mediática la presentación al Pleno del Congreso la reforma eléctrica y sus aplazamientos hasta el último día de la Semana Santa.
Una vez que le fue arrebatado el momento y oportunidad mediática a la oposición solo le queda pedir a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales la sanción de las conductas indebidas y no dar carpetazo al tema.
Habrá que esperar a ver quién de los actores de la oposición asume esta tarea. Las y los gobernadores de Acción Nacional difícilmente tocarán el tema a pesar de que se pudo infringir la ley en sus estados.
Al cierre de este espacio de opinión, la discusión legislativa continua, pero todo apunta que el PRI-PAN y PRD toman ventaja momentánea en la percepción pública al rechazar por mayoría la reforma eléctrica.
Tienen con esta primera iniciativa rechazada la oportunidad de trasladar la narrativa a los estados donde se juegan elecciones. Veamos si Movimiento Ciudadano lo se les adelanta en el camino.
Por su parte, con esta derrota Morena obtendrá las bases suficientes para fortalecer su narrativa que los coloca como los legítimos defensores de los bienes y recursos del país y al mismo tiempo, les permitirá acusar a los opositores de “traidores a la patria” y presentar su reforma minera mañana mismo.
Apunte del consultor
Si, así como las oposiciones legislativas defendieron su derecho a votar en contra, incluso durmiendo en sus oficinas, lo hicieran con las causas sociales de la gente, el sistema de partidos tuviera mayor representación y sentido social.
@Javoesquivel