Raúl D. Lorea
@ArqLorea
El Premio Pritzker es el máximo galardón que puede recibir una persona que ejerce la arquitectura. Se otorga anualmente a cualquier despacho, arquitecta o arquitecto que, a través de sus proyectos y obras demuestre una combinación genial de diseño arquitectónico, visión y, recientemente destacado, compromiso social y con la profesión, contribuyendo sustancialmente a la humanidad y al entorno del mismo. Se le conoce comúnmente como “El Nobel de la arquitectura”.
Este año el ganador es el burkinés Diébédo Francis Kéré, un arquitecto, profesor y activista reconocido por transformar comunidades con su arquitectura, respetando su identidad y a la vez dotando de espacios para la comunidad, aprovechando los recursos materiales disponibles e involucrando incluso a la propia comunidad para la gestión y construcción.
En 1998 creó la Fundación Kéré, para obtener fondos y, a través de su activismo, defender el derecho de las infancias a un aula digna. Logrando así su primer proyecto, junto con los habitantes de la comunidad: la Escuela Primaria Gando.
Su impresionante creatividad combinada con austeridad, lo catapultó profesionalmente, logrando participar en tantos proyectos que se volvió una inspiración para el mundo al mostrar que se puede hacer un proyecto genial con pocos recursos, con materiales locales, con la participación de la comunidad y sin dejar de hacer arquitectura.
Kéré muestra un increíble compromiso con la sociedad y con su entorno aportando lo mejor de sus conocimientos, respetando cultura, tradiciones y contexto social. Tenemos mucho qué aprender de este gran arquitecto premiado este 2022.