En un país donde la sangre corre a diario, lo que menos necesitábamos es que ahora corra por el campo de futbol
Kike Mireles
La violencia goleó al futbol. El partido con sede en el Estadio La Corregidora de Querétaro dejó consternados a todos: aficionados y no aficionados al deporte. Imágenes brutales circularon por todo el país y más allá de la frontera mandando un mensaje doloroso y, me permito decirlo, equivocado, porque eso definitivamente no es ni debe ser Querétaro, un estado donde definitivamente hay gente buena, trabajadora, noble, luchona y que sabe hacer equipo, que sabe ganar partidos, que sabe ganar trofeos, como el del empleo, la seguridad y la calidad de vida.
El resultado: castigos al club, cinco funcionarios públicos suspendidos y 26 órdenes de aprehensión, de las cuales 17 ya han sido ejecutadas… mandando una clara señal:
En un país donde la sangre corre a diario, lo que menos necesitábamos es que ahora corra por el campo de futbol. El deporte debe sanar heridas, no abrirlas; cerremos la nuestra y cerrémosle la puerta en Querétaro a la violencia.