En el Gobierno de José Calzada se construyó el Acueducto II, que –se juró y perjuró– dotaría de agua a Querétaro durante los próximos 100 años (ahora restarían como 90 y algo de años).
Evidentemente, la explosión demográfica empujó a la escasez del líquido.
A eso se suman los pocos –por no decir nulos– proyectos que en materia de agua potable dejaron de impulsarse desde la Legislatura del estado, porque, recordemos, sus integrantes son los encargados de impulsar leyes que se ciñan a las necesidades de la población.
Aquellos que intentaron generar alguna alternativa no fueron escuchados por ser de un grupo legislativo ‘diferente’.
Ahora, el PAN habló de una propuesta que ayudaría –claro, solo en una parte– a la recolección de agua pluvial; específicamente para las nuevas construcciones; sí, para esas que –casi– siempre se brincan las obligaciones civiles y jurídicas que tienen al desarrollar nuevos proyectos.
Que sea una propuesta del blanquiazul podría ayudar a que llegue a buen puerto dicha intención, pero no hay que olvidar que sobre la mesa se han presentado otras iniciativas, incluso de la sociedad civil, que nada más no son tomadas en cuenta.
La propuesta vendría a complementar los planes a futuro para dotar de agua al estado que cada vez tiene más escasez del recurso.
Por cierto, ayer el gobernador se reunió con Jorge Arganis Díaz, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; ya veremos después de la veda.
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