Ahora tendrá más apoyo y qué bueno, porque puede ser punta de lanza para muchos pequeños en los próximos años
Iván Torres
Terminan lo Juegos Olímpicos de Beijing 2022 y, como todo evento de esta estirpe, nos deja algunas enseñanzas. Nuevamente se extraña ver público en las tribunas como a menudo este tipo de eventos lo amerita; sin embargo, la organización y la producción de los mismos nos alientan a seguir como humanidad, porque cada hazaña enarbola el poder de cada atleta.
Por mencionar algunos momentos de grandeza, está el ‘squad’ (salto cuádruple) ejecutado a la perfección en el programa corto del patinaje de figura femenil por la rusa Kamila Valieva, la primera en lograrlo en una competencia invernal. El récord olímpico de Canadá en persecución por equipos en el patinaje de velocidad imponiéndose a los hasta entonces invencibles japoneses. El histórico francés Quentin Fillon, con cinco medallas en esta edición. Italia demostrando que su deporte va al alza con más de 11 medallas obtenidas con Arianna Fontana, máxima medallista en Olímpicos de Invierno en la historia de su país. Qué decir de la coreana Choi Minjeong, récord olímpico en mil 500 metros, patinaje de velocidad, bicampeona en pista corta.
Han sido unos juegos inolvidables. En México, no hay la costumbre de seguirlos, porque no hay una identificación propia con estos deportes; sin embargo, no hay que dejar pasar el fenómeno, que fue la participación de Donovan Carrillo. Las redes sociales le dieron una gran difusión a un acto que fue heroico en todos aspectos, primero porque el joven patinador reveló nuevamente que su talento y ganas de triunfo estuvieron por encima del sistema deportivo mexicano, que tuvo la necesidad de hacerle un gran recibimiento y apoyarle a ‘toro pasado’, es decir, después de que ha destacado y no cuando lo necesitó.
Ahora tendrá más apoyo y qué bueno, porque puede ser punta de lanza para muchos pequeños en los próximos años. Su hazaña repercutirá en más y mejores jóvenes o niños mexicanos; eso ya es ganancia.