Como cada año desde que asumió su cargo, el originario de Macuspana evitó la militarización de la zona
Fernando Islas
El sábado pasado, el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador acudió al Teatro de la República para conmemorar un aniversario más de la promulgación de nuestra Constitución Política. Fiel a su estilo, sostuvo una postura republicana ante la actualidad que vivimos como país. Por otro lado, el respaldo de la gente se hizo presente alrededor del histórico recinto, donde las consignas de respaldo para el titular del Poder Ejecutivo no se hicieron esperar. Mientras, de manera paralela, la ciudadanía que se daba cita en la esquina de Jardín Zenea, hizo público su descontento por el injusto reemplacamiento que, a más tardar el mes de junio, las queretanas y los queretanos tendremos que pagar para no ser sancionados por la autoridad.
Como cada año desde que asumió su cargo, el originario de Macuspana evitó la militarización de la zona, situación que había sido normalizada en sexenios anteriores, cuando desde el Ejército hasta la policía estatal prácticamente blindaban el Centro Histórico de Querétaro para que el descontento popular no fuera expresado cerca de las autoridades que acudían a la conmemoración de nuestra carta magna. Hoy, las cosas han cambiado. La protesta social es base de la actual gestión y sirve como retroalimentación para atender la agenda pendiente en términos políticos.
¡No cabe duda… Qué diferentes somos!