Uno de los sectores más golpeados fue el educativo y todo el universo que le rodea
Fernando Islas
Las diferentes administraciones federales que gobernaron nuestro país durante prácticamente 90 años fueron precarizando la vida de las y los mexicanos conforme al paso del tiempo. Si bien hubo avances en diferentes épocas, estos iban acompañados de imposiciones e intolerancia por parte de los que antes ostentaban el poder político. Uno de los sectores más golpeados fue el educativo y todo el universo que le rodea; no solo se dejó de impulsar la educación pública, sino que desde la década de los 60 hasta el sexenio pasado existió la misión de privatizarla, mientras de manera paralela se criminalizaba a los y las estudiantes, así como al gremio docente.
Hoy en el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, la educación y formación de las juventudes es una de las prioridades en la agenda política de la 4T. Muestra de ello es el programa La Escuela es Nuestra (LEEN), que llegó a 51 mil centros de estudios de alta marginación, se otorgaron 11 millones de becas Benito Juárez, se construyeron 140 universidades para el Bienestar en municipios de alta marginación, y por otro lado el programa Jóvenes Construyendo el Futuro suma un total de un millón 700 mil beneficiarios que tienen la oportunidad de recibir capacitación en un oficio o trabajo.
Estas son cifras de la esperanza, las juventudes son el presente y futuro de México y la apuesta debe ser por ellas y ellos.