Mario Maraboto
Las noticias falsas han existido en el mundo a lo largo de los siglos. Se dice que, luego del descubrimiento de América, se difundieron en Europa relatos acerca de sitios de inmensa riqueza como los mitológicos el “país de Jauja” y la “Ciudad de los Césares” al sur de este continente. Hacia el siglo XVII en Francia se distribuían panfletos en los que se difundían falsedades, o en el siglo XX se conoce que la propaganda nazi distribuía mensajes contra los enemigos del régimen acusándolos falsamente de las dificultades que enfrentaba la sociedad alemana para sensibilizar a su favor a miles de personas.
Las noticias falsas, por sus propias características, representan una amenaza a la credibilidad de empresas, organizaciones civiles, medios de comunicación y gobiernos, especialmente porque su propagación a través de las redes sociales se logra en cuestión de minutos. Se difunden básicamente para engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona, ya sea para fines comerciales, políticos o económicos, entre otros.
El uso de las redes sociales para la difusión de noticias es un tema inquietante en todo el mundo dada la creciente cantidad de usuarios y sus preferencias de comunicación. La buena noticia es que, a nivel mundial, los medios sociales están considerados como uno de los menos confiables para el consumo de noticias.
La corporación Teads, creadora del video ‘outstream’ y la número uno en el mercado de publicidad de videos en el mundo, hace algunos meses presentó un estudio denominado ‘In News We Trust’, realizado en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España, Alemania, Italia, México y Brasil, entre 16 mil consumidores (2 mil por país).
El estudio revela que solo el 11 por ciento de los encuestados confía en los medios sociales para el consumo de noticias. Asimismo, el 28 por ciento considera que dichos medios son sensacionalistas y el 26 por ciento cree que sus noticias son falsas. En contra, el 35 por ciento le da mayor reconocimiento a las noticias publicadas en línea y el 22 por ciento opina que estas son más precisas. Las noticias se consumen en todos los dispositivos, aunque los que tienen mayor protagonismo son los móviles. En Estados Unidos el 55 por ciento de los consumidores leen las noticias en sus dispositivos móviles, en Inglaterra el porcentaje es de 51, en México el 76 por ciento de los usuarios son más proclives a informarse a través del celular y en Brasil tiene prioridad la computadora portátil o de escritorio.
De acuerdo con el estudio, las noticias falsas han hecho que más del 75 por ciento de los encuestados busquen sitios de noticias de alta calidad y confiables y entonces optan por los portales periodísticos, la radio y la televisión para obtener información, medios a los que ponen más atención, aunque no se especifican porcentajes para México.
La difusión de noticias falsas afecta no solo al periodismo serio, sino la reputación y prestigio de personas físicas y morales que no necesariamente son fuente de este tipo de noticias.
Un tuit o video en YouTube que se convierta en ‘trending topic’ puede lesionar, posicionar o fortalecer una reputación institucional o personal. No obstante los millones de usuarios de las redes sociales, potenciales generadores de una tendencia, esta solo lo es en el momento en que se produce; dicen quienes le dan seguimiento que su tiempo promedio de vida es de un máximo de 15 minutos, aunque muchos no alcanzan los 5 minutos en la cima de los comentarios. De cualquier forma, es tiempo más que suficiente para que los medios de comunicación social (radio, televisión, portales de noticias y medios impresos), se encarguen de prolongar su vida y sus efectos, positivos o negativos, al publicarlas o comentarlas.
Es entonces cuando puede surgir una crisis en las redes sociales que luego puede magnificarse. De ahí, la importancia de contar con un plan de prevención que permita hacer frente, de manera satisfactoria, a cualquier crisis de comunicación que una noticia de esta naturaleza pudiera llevar. Poder determinar lo que se piensa y dice sobre una empresa o persona es información valiosa para decidir un curso de acción al respecto y prevenir el surgimiento de una crisis, como ha sucedido en muchas empresas en el mundo.
Es precisamente por ello importante mantener un monitoreo constante de las redes, y en especial de los seguidores de la marca, a fin de reaccionar de la forma más adecuada para poder tener algún control de la comunicación. A fin de cuentas, una crisis puede ocurrir en cualquier momento.