Iván Torres
Responder tiene una complejidad. Nunca lo sabremos exactamente en países en desarrollo como el nuestro, a diferencia de la transparencia con que países del primer mundo han hecho un trabajo desde las bases sociales, obligados o no por su historia en virtud de atender la filosofía olímpica en la que se marca superioridad gracias a ser “más rápido, más alto, más fuerte”.
Desde hace más de 50 años, en los países de primer mundo o en la posguerra, se establecieron programas para que el deporte ayudara a construir el tejido social y después de eso se identificó que algunos deportistas podían ser ejemplo para sus razas o países y así surge lo que hoy llamamos el deporte de alto rendimiento o la profesionalización del deporte.
Ayer, se entregó el Premio Nacional de Deportes 2021 a lo más destacado del año, galardón que generalmente tiene la distinción de contar con la presencia del presidente de la República, quien a su vez habla de la importancia de reconocer a los mejores deportistas del país. Por cierto, ahí estuvo la queretana Janet Alegría, quien ganó el premio a la mejor entrenadora paralímpica al llevar a sus atletas a ganar medallas en Tokio 2020 en parataekwondo. El presidente mencionó que el dinero que se recaude en el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado será destinado a la preparación de los atletas.
Pensando en las delegaciones de atletas que han participado en las ediciones más recientes de los Juegos Olímpicos, que son entre 80 y 120 generalmente con la posibilidad de que menos el 10 por cierto dé una medalla, la preparación que incluya fogueo, buenos programas multidisciplinarios (con nutriólogos, fisioterapeutas, entrenadores capacitados, equipamiento, etcétera), cada atleta o proyecto para una justa olímpica debe andar entre 2.5 millones de pesos anuales. Más o menos se necesitan entre 700 y 1,000 millones de pesos para hacer competir a una delegación mexicana y que se dé una medalla es ganancia.
No me parece óptimo que el dinero dependa de ese instituto, más bien habría que pensar en otras fórmulas con mayor compromiso. En Estados Unidos, se invierte la misma cantidad, pero en dólares y el fondeo es parte Gobierno y parte iniciativa privada. Para reflexionar.