Daniel Lizárraga
Al momento de escribir estas líneas han pasado tres días del escándalo mediático generado por la boda del ahora exdirector de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), Santiago Nieto, y de Carla Humphrey, consejera del Instituto Nacional Electoral (INE); y Morena, el partido en el poder, no aparece.
La dirigencia de Morena no fue capaz –hasta este momento– de mandar un comunicado de prensa manifestando su postura ante la boda, a pesar de los cuestionamientos hacia un grupo de invitados que viajaron a Guatemala en un avión privado, y entre los cuales iban el dueño de El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz, con 35 mil dólares en efectivo que no reportó ante las autoridades del aeropuerto internacional La Aurora en Guatemala y Paola Félix Ordaz, ahora exsecretaria de Turismo en el gobierno de la Ciudad de México. Ella salió del país a una fiesta privada a pesar de que en la capital estaba el Gran Premio de México, que genera miles de visitas nacionales y extranjeras.
En el festejo por el tercer lugar del ‘Checo’ Pérez apareció su padre, el diputado por Morena, Marco Antonio Pérez Garibay. El señor brincaba y ondeaba la bandera mexicana, una aparición entendible y, por qué no, aplaudida. Pero en esa misma carrera de Fórmula 1 también estuvo el dirigente de Morena, Mario Delgado.
El legislador morenista Marco Antonio Pérez dijo que va por la gubernatura de Jalisco. “Ahí voy a estar y vamos a ganar”, mencionó en una entrevista con W Radio en el programa de Carlos Loret de Mola. En ese noticiero, él subrayó el esfuerzo hecho desde hace muchos años por llevar a su hijo a la Fórmula 1 a pesar de que eran una familia de escasos recursos económicos. “Mi padre no tenía ni para pagar el hospital donde nací”, comentó.
Morena ni siquiera ha tenido la audacia para destacar esto. No salen a la palestra aunque el contexto sea propicio para empujar su movimiento y retar al actual mandatario de Jalisco, Enrique Alfaro.
La dirigencia de Morena también ha desaparecido luego de que el presidente López Obrador “aceptó” la renuncia de Santiago Nieto incluso cuando se trató de uno de los funcionarios con mejor trabajo y visibilidad en el combate a la corrupción, uno de los pilares del Gobierno actual. En ese partido, no apoyaron públicamente el manotazo en la mesa del presidente.
Las redes sociales hierven entre quienes insisten en que el matrimonio hizo un derroche de dinero, lo que demuestra –desde su perspectiva– que son iguales a los de antes, mientras los seguidores de la 4T saludan la decisión desde el Palacio Nacional.
En Morena, ni así reaccionan.