Los Blanchet
En su ‘best-seller’ ‘Conversaciones con Dios’, el autor norteamericano Neal Donald Walsch relata el contenido de sus múltiples tertulias mentales con el Creador (aunque en el tercer volumen, su ‘interlocutor’ le revela que no se trata exactamente de Dios quien le habla, sino de una entidad cercana a Él y cuya naturaleza es necesariamente incomprensible para la mente humana), destacando en una de ellas por qué la Tierra es considerada un mundo primitivo, comparada con otros planetas del Cosmos verdaderamente avanzados tecnológica y espiritualmente. Walsch, como muchos lo harían, brincó intrigado y ofendido en su orgullo (se peinó, pues, como diría la banda), ya que ese calificativo, nosotros, los modernos, los de la era digital y espacial, lo utilizamos cuando nos referimos a épocas ancestrales, cuando la humanidad se organizaba en hordas y tribus que peleaban entre sí a garrotazo limpio.
La deidad le aclaró que la civilización humana no puede ser considerada como avanzada por una serie de razones puntuales: es incapaz de garantizar la supervivencia de sus integrantes; está basada en la competencia, no en la cooperación –lo que da origen a escandalosas desigualdades y a la grosera concentración de la riqueza por unos cuantos–; porque contamina y destruye la naturaleza que le dio origen, en su desordenado crecimiento poblacional y su vorágine industrial; en lo tecnológico, porque siguen utilizando combustibles fósiles y aún son incapaces de viajar a otros mundos, ni siquiera a los de su propio Sistema Solar; y, finalmente, porque continúan siendo azotados por enfermedades degenerativas, tumorales y virales, para las cuales, no han encontrado la cura –o la mantienen oculta–. Yo agregaría la penosa conducción de nuestras sociedades y el estrepitoso fracaso milenario de nuestra especie para gobernarse a sí misma, y qué decir del abandono de la procuración del sano desarrollo humano y sus potencialidades.
Independientemente de la lógica duda sobre la veracidad de dichas ‘conversaciones’ –este tipo de comunicaciones telepáticas ha sido utilizada y reconocida como real por la inteligencia y la milicia norteamericanas en documentos ya desclasificados–, los irrefutables conceptos que vierte son una joya y una cachetada a la arrogancia humana, por muy truchas que nos sintamos al crear y manejar las redes sociales y la comunicación instantánea. Están chavos, dirían los más avanzados.
Acuerdo por el barrio
Por cierto, la semana pasada, el presidente municipal de Querétaro, Luis Bernardo Nava, en compañía de su esposa Arahí Domínguez, presidenta del Patronato del Sistema DIF Municipal, firmó el Acuerdo por el Barrio, programa municipal que busca brindar oportunidades y romper las barreras sociales a través del arte, el talento personal y la creatividad. Nava es consciente de que la creación de espacios, plataformas y políticas públicas para la expresión de niños y jóvenes es una fórmula probada para el desarrollo armónico de las comunidades y la prevención de la delincuencia, especialmente en las colonias en situación de riesgo, aun cuando no se trate de obras de relumbrón o necesariamente de provecho electoral y que los beneficios no se manifiesten obligadamente en lo inmediato.
Pero es que nos consta al haber sido jurados locales de diversos concursos de búsqueda de talentos de escala nacional, el talento artístico en Querétaro verdaderamente pulula y requiere con urgencia de estos espacios.
Uno de los hallazgos más relevantes en la carrera de la autora de obras sobre desarrollo personal, Barbara Marx Hubbard, es que la felicidad y la realización de un individuo provienen de su ámbito personal, no tanto del familiar o el social, sino específicamente de la realización y expresión de la vocación. La carencia de espacios y canales para las diversas formas de expresión artística en el ámbito público es una de las tantas características de las sociedades en atraso… primitivas, pues. Por eso, la implementación de este tipo de iniciativas siempre será bienvenida, ya que su alcance claramente es mucho mayor que simplemente mantener entretenida a la muchachada. Enhorabuena.
Amaneceres
Los amaneceres son de las cosas más anheladas para observar y disfrutar. Cuando uno es joven, para demostrar el aguante de la fiesta, retando al señor Sol a que penetre en nuestros cansados y etílicos ojos, cual láser traspasando el oscuro cuerpo de Darth Vader. La otra es cuando ya se es mayor, y lo único que se pide es amanecer con bien o simplemente respirando.
Pero estos solo se disfrutan en Querétaro, donde los amaneceres y atardeceres están ‘rankeados’ como los mejores del mundo, y en donde durante los últimos días la gente se ha regocijado tomando espectaculares fotografías de tan hermoso regalo de la naturaleza. Aunque hemos de confesar que solo los hemos apreciado por medio de las redes sociales de nuestros madrugadores amigos, porque la verdad los amaneceres se ponen muy temprano y no somos ’morning boys’. Haremos el intento.
Cinismo transexenal
Hablando de mundo, el que no tiene límites para andar de pata de perro recorriendo el globo terráqueo es ‘Don no tengo vergüenza y me vale gorro… Peña Nieto’. En días pasados, se lo toparon por Roma (y no en la colonia de la Ciudad de México), saliendo del hotel, de la manita de su actual pareja Tania Ruiz, a quien le andaba celebrando el cumpleaños. ¿Qué?, ¿no es lo normal? Pero el tema es que el hostalillo ese era nada más ni nada menos que el ¡Hotel de la Ville!, uno de los más caros de aquel continente. Apuesto a que ese lugar no huele a Rosa Venus ni de chiste.
Este acontecimiento fue’“paparatzeado’ por una mexicana (que fruta no vendía, pues le alcanzó para también ir a Roma), identificada en Twitter como Karen Y. TV3, quien al momento de ver salir al exmandatario le gritó a voz en cuello… ¡ratero!, ¿habrá asustado eso a ‘Peñis’, o más bien ya está acostumbrado?
Por Dios, Karen, mejor le hubieras gritado algo con más estilo, pues ya que andabas en Italia, lo ideal hubiera sido ‘strontzo ladrumcolo’, para que los demás hubieran entendido y se hubieran unido en multitudinario desprecio. Aunque igual y ni te creen porque ¿qué clase de expresidente de México aborda un taxi para salir huyendo del cinco letras?
Pero no solo es la indignación de Karen, es la de todos los mexicanos que no paramos de ver la impunidad y la desvergüenza con la que pasan presidentes y funcionarios en este país. Pero normalmente nunca se resuelve nada. Hay otros datos y otras prioridades. ¡Ingiusta vita!