Karem Montes de Oca/Claudio Sarmiento
La movilidad forma parte de nuestra vida diaria. Por ello, la Organización Mundial de la Salud y las Comisiones Regionales de las Naciones Unidas publicaron un plan global, el “Decenio de Acción para la Seguridad Vial” en su segunda edición 2021-2030. Entre sus objetivos, se busca reducir en un 50% las muertes y traumatismos debidos al tránsito.
Los expertos coinciden en que no debemos de acostumbrarnos a estos siniestros viales. Muy por el contrario, debemos hacer de la seguridad un valor fundamental para la ciudad a través de medidas como: planificación del transporte, implementación de infraestructura vial segura, pronta respuesta tras cualquier incidente y seguridad para todos los usuarios, dentro y fuera del vehículo. Esto se logra mediante financiamiento de programas, la reforma de marcos jurídicos, y el control de la velocidad a través del diseño, entre otros.
La Ley General de Movilidad y Seguridad Vial se encuentra en proceso de dictaminación por el senado federal y se ha refrendado el objetivo de reducir los siniestros viales en el 5º Congreso Nacional en Seguridad Vial. Sin embargo, la seguridad vial es una responsabilidad compartida. No es deber solo de los gobiernos nacionales y locales, sino también de las instituciones académicas, la sociedad civil, los jóvenes y sector privado.
Ya se sabe que se debe de hacer, tenemos las herramientas y todos tenemos una función que desempeñar. Y tú, estimado lector, ¿te comprometes y responsabilizas para que esto se logre?
MT