Iván Torres
La Copa del Mundo de Francia 1998 marcó un diferencia positiva para el espectáculo del futbol cuando se priorizó o se acercaron ingredientes que le dieron comodidad al espectador en los estadios, a los televidentes, en fin, una buena experiencia. Fue la primera ocasión que se hizo un nuevo estadio ex profeso para ese evento: el Stade de France. En ese entonces, lo describió muy bien Jorge Valdano (un filósofo del futbol): “este estadio transporta el futbol al futuro: el año 2000”.
El año 2000 marcaba una visión de modernidad, de avances tecnológicos en todos los ámbitos de la humanidad, y lo fue. Para el mundial siguiente, Corea y Japón hicieron estadios espectaculares y así sucesivamente otras sedes. Elementos atractivos para los fervientes seguidores de los torneos de FIFA. Aunque el mundial de Catar tendrá la particularidad de contar con escenarios nuevos y hechos solo para el torneo, además de que todo será en una misma ciudad, la verdad es que la FIFA comienza a desesperarse porque las nuevas generaciones no están muy interesados en el futbol, no encuentran las fórmulas para llegar a nuevos seguidores que en el futuro sigan consumiendo el balompié y por consecuencia se prevé una fuga de patrocinadores a otros deportes o productos de consumo.
Por ello la FIFA está buscando una fórmula y que no todo el mundo ve con buenos ojos. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, expuso el martes pasado los planes para aumentar la frecuencia a dos años de la Copa del Mundo durante una llamada privada con varios líderes de las 55 federaciones europeas. Esto no fue bien visto por agremiados de la UEFA; más de una docena de federaciones se oponen a un nuevo calendario. Hay amenaza de dejar al máximo organismo mundial del futbol.
El dato y el motivo es claro: todos buscan atender mayores ingresos económicos. Tan solo UEFA triplica en ganancias con la Liga de Campeones lo que la FIFA genera en cuatro años por la Copa del Mundo. Sin embargo, se están perdiendo de vista otras formas que podrían hacer más atractivo el juego, quizá modificaciones a las reglas (que ya las han hecho, pero no radicales), cambios a las formas de puntuación…
Habrá que voltear y ver qué están haciendo otros deportes para subsitir. En Estados Unidos hay fórmulas muy atractivas; incluso la MLS, algo está haciendo bien.