Una de las enseñanzas de la irrupción de la COVID-19 es la necesidad de fomentar la prevención de enfermedades. El entrenamiento social y de supervivencia nos ha hecho más conscientes de los peligros de no considerar la prevención como un arma para evitar padecimientos mayores.
Aunado a esto, el funcionamiento y activación de los modelos centinela para la vigilancia epidemiológica de casos como el de las inundaciones es vital para detectar de inmediato algún vector que provoque padecimientos como el dengue, el chikungunya o el zika.
En este sentido, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, a la semana 39 no se han presentado casos de padecimientos en estos vectores en la entidad. Esto es una buena noticia considerando las afectaciones sufridas en los municipios de San Juan del Río, Querétaro y Tequisquiapan principalmente por las inundaciones. No obstante, será importante que la ciudadanía, en conjunto con las autoridades sanitarias mantengan una cultura de la prevención de estas enfermedades.
Por ello, en nuestra edición de hoy, le presentamos a usted un panorama después de las inundaciones, donde evidentemente la falta de servicios públicos, aunada a una emergencia como la vivida durante la segunda mitad del mes de septiembre y principios de octubre, puede ser un caldo de cultivo de enfermedades dañinas para poblaciones vulnerables como niños y adultos mayores. Sigamos fomentando la cultura de la prevención.
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