Francisco Pájaro Anaya
Con motivo de los setenta y cinco aniversarios de la Coronación Pontificia de la Virgen del Pueblito, he querido dedicar mis colaboraciones de esta semana y la siguiente para escribir sobre la virgen, que es tan querida por los queretanos, sobretodo en esta hermosa advocación de Nuestra Señora del Pueblito, cuyo culto se ha desarrollado por siglos en nuestro estado y que actualmente está devoción pasa nuestras fronteras.
Cerca de la ciudad de Santiago de Querétaro, a poco más de ocho kilómetros, se encuentra un bello lugar, característico de la provincia mexicana, que en sus orígenes fue un asentamiento de indios otomíes labradores, que se desarrollaron cerca del centro ceremonial del Cué y que tuvieron una fundación virreinal llamándose este pueblo como San Francisco Galileo, posteriormente se le denomino Villa de Santa María del Pueblito y actualmente se le denomina solamente como El Pueblito, que es la actual cabecera del Municipio de Corregidora.
Después de un siglo de la conquista en estas tierras y de haber abrazado la religión católica, los habitantes de lo que hoy conocemos como El Pueblito y sus alrededores, permanecían con algunas prácticas de idolatría y de superstición, inclusive haciendo ritos en la pirámide del Cué y mezclando el cristianismo con su paganismo, todo esto a pesar de la gran labor evangelizadora que los frailes franciscanos habían desarrollado en la región.
En ese tiempo, un joven religioso del convento grande de San Francisco de la ciudad de Santiago de Querétaro, llamado Fray Sebastián Gallegos, muy aficionado a los trabajos de escultura religiosa, hizo en el año de 1631 una imagen de la Santísima Virgen María, representando el misterio de su Concepción Inmaculada; una pequeña imagen como de unos cincuenta centímetros de altura y la donó al Reverendo Padre Fray Nicolás de Zamora que era cura doctrinero de estos lugares.
Viendo el Padre Zamora el fanatismo de aquellos indios y sus prácticas de idolatría, encomendó su conversión a la Santísima Virgen, siendo tan grande su fe que llevó a ocultas un día la sagrada imagen que le había sido donada y la coloco en una ermita cerca del adoratorio de los indígenas. Y aconteció que los indígenas encontraron aquella bendita imagen de la Madre de Dios y al contemplarla cambiaron radicalmente su forma de vida, abandonando por completo su idolatría y abrazando por completo la religión católica, pero no solo eso, si no que se propició una verdadera paz en la región y un cambio permanente en la sociedad de ese tiempo.
Es así como comienza el culto a la Virgen del Pueblito, que ha trascendido a lo largo de los siglos y que ha llegado a tal grado que se le nombró Patrona de la Ciudad de Santiago de Querétaro, Patrona del Estado de Querétaro, Patrona de la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán, Generala del Ejercito, y muchos otros títulos que los queretanos han dado a la Madre de Dios en su imagen que cariñosamente la llamamos de “El Pueblito”.
MT