Juan Carlos Sámano
Ante el fuerte parón taurino sufrido a nivel mundial por causa de la pandemia, tal parece que la fiesta de los toros resurge, y de forma importante, por lo menos en España. Se celebraron ferias en diversas plazas de importancia, se efectuaron cuatro seriales novilleriles a manera de concurso, incluyendo a lo mejor de la baraja novilleril del momento, incluyendo mexicanos. Se reabren, después de más de un año, los dos cosos más importantes y representativos del mundo taurino.
Aunado a este preámbulo, también vale la pena destacar la total disposición de ganaderos, matadores y subalternos que poniendo mucho de su parte estuvieron siempre dispuestos a echar pa’ lante esta reactivación, que, sin duda, ha sido todo un éxito hasta el momento. Otro estamento de mucha valía ha sido sin duda la televisión, esa difusión que, a través de diversos canales españoles, ha sido enviada a todo el mundo taurino, con la firme convicción de que no solo los afortunados asistentes a estos festejos pudieran disfrutar de ellos.
Sin embargo, en este resurgimiento, existen factores dignos de comentarse aparte. Uno es la forma en que los aficionados han vuelto a los tendidos, habidos de sentir nuevamente el toreo, con una emoción acumulada que ha hecho, inclusive, colgar el letrero de “no hay billetes”. Esa afición que, sin duda, es muy necesaria para que la fiesta subsista, para que la tauromaquia siga vigente a pesar de los infortunios. El segundo factor es, sin duda, uno que llama mucho mi atención, y me refiero a esa actitud que todos y cada uno de los diestros acartelados han mostrado en cada tarde: el valorar la oportunidad de volver a estar en la cara del toro. Destacar a un Morante dispuesto y comprometido con el papel que a cuestas lleva, resurgimientos importantes como el toreo asolerado y lleno de ‘duende’ de Juan Ortega, la consolidación de ese toreo lleno de poder, técnica y calidad de Emilio de Justo, la verticalidad, clase y temple de Daniel Luque, etcétera. En fin, todos y cada uno mostrando lo mejor de sus tauromaquias, y esto, sin duda, coadyuva a que la tauromaquia, por lo menos en España, tenga un futuro alentador.
Continuará…