Ayer se realizó el Grito de Independencia de México. En este evento patriótico, más allá de la fiesta, la gesta histórica debe invitar a la reflexión por la unidad.
En los últimos meses, los mexicanos hemos vivido situaciones complicadas en materia de salud, economía y educación. La COVID-19 ha venido a trastocar y transformar los paradigmas bajo los cuales nos regíamos. Lo que ayer nos servía, hoy cambió. Como sociedad hemos ido caminando poco a poco a una reapertura gradual tras el confinamiento; no obstante, la diferencia, más allá de dirimirse, se ha enfrascado en una polarización constante que nos impide que escuchemos los argumentos y las reflexiones de quien está enfrente.
Por ello, es menester fortalecer entre los mexicanos y los queretanos la unidad para ser mejor cada día. La recuperación de nuestra economía se consolidará en la medida en que, codo a codo, los queretanos trabajemos a favor de generar fuentes de empleo, apoyar el consumo local e incentivar la llegada de capital que reactive las cadenas productivas de las que Querétaro se ha destacado en los últimos años.
En el mismo tenor, ayer fue el último Grito de Independencia presidido por el gobernador Francisco Domínguez Servién. A menos de 15 días de dejar el poder, prácticamente se despide de los queretanos para continuar su retiro de la esfera pública y ceder gradualmente la estafeta a Mauricio Kuri González.
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