Mario Maraboto
En 2013, el ahora presidente de la República expresó en un video: “¿De cuándo acá se requiere tanta ciencia para extraer el petróleo?… Es perforar un pozo como si se fuese a extraer agua, nada más que no a 30 metros, sino a 3 mil, 5 mil metros; extraer petróleo no tiene ninguna ciencia.”
En 2018, llegó al poder y su mentalidad no ha cambiado; piensa que gobernar no tiene mayor ciencia ni requiere de grandes estudios, si acaso un título, aunque tarde varios años en obtenerlo. En noviembre de 2019, precisó que para ser servidor público se necesita, “si hablamos en términos cuantitativos, 90 por ciento honestidad, 10 por ciento experiencia”. Para él, gobernar es tan simple como hacer creer que está trabajando y darse tiempo para para jugar beisbol, para escribir un libro de fábulas (o de cómo dice que va a la mitad del gobierno) y para viajar dentro del país a lugares en donde le rindan pleitesía .
¿Qué tan difícil puede ser gobernar cuando se puede responsabilizar a los antecesores (excepto al más reciente) de todos los males del país y no hacer nada al respecto? Para él gobernar es solo presumir reiteradamente, a través de ‘las mañaneras’, las fotos y los videos en sus redes sociales, que en su realidad está dando resultados.
Así lo ha hecho a lo largo de estos casi tres años. Dice que todos los días se reúne a las seis de la mañana con un gabinete de seguridad, pero no explica qué hacen o qué acuerdos toman; es increíble que en octubre de 2019 no supiera, derivado de esas reuniones, que se ejecutaría un operativo en contra del hijo del ‘Chapo’ Guzmán. “No estaba informado, no me informo en estos casos, porque hay una recomendación general, hay un lineamiento que se aplica”.
Luego de esas reuniones, se presenta en su ‘show’ mañanero, en donde durante dos horas en promedio solo critica a “los conservadores”, denuesta a los medios de comunicación serios, manifiesta su desacuerdo con todo lo que no le favorece –citando siempre “otros datos” que nunca muestra– y denigra a organizaciones no gubernamentales, instituciones autónomas e incluso a jueces y magistrados. Para consumir más tiempo, inventa ‘secciones’ que solo generan controversia (‘quién es quién en los precios’, ‘martes de salud’, ‘quién es quién en las mentiras’ y eventualmente incluye una sección de complacencias musicales como la reciente ‘Los caminos de la vida’ para que el show “no sea tan aburrido”).
Luego de esa sesión, no se vuelve a saber de él excepto cuando tenga algo que le convenga informar desde su despacho (como la llamada con la vicepresidenta de los Estados Unidos o su participación virtual en algún foro internacional) o cuando los fines de semana viaja para ‘supervisar’ sus grandes obras.
Para él, gobernar es tan sencillo como aprovechar su foro para defender los resultados de su consulta, criticar al INE y amenazar con reformarlo, retar con la consulta de revocación de mandato, criticar los gastos publicitarios de sus antecesores, exhibirse con un tuit falso de un ministro del Trife, criticar al Coneval, enfatizar el regreso a clases, presumir ‘buenas relaciones’ con Estados Unidos, criticar al Poder Legislativo por la Ley de Revocación de Mandato, presentar el ‘protocolo’ de regreso a clases, llamar a Kamala Harris y recibir a su consejero de Seguridad, lanzar un ‘tianguis de bienestar’, y celebrar los 500 años de la resistencia indígena.
Gobernar es tan simple como viajar a Jalisco y Ciudad Juárez o, sin fundamentos y estudios, fijar el precio del gas LP, anunciar un programa de bacheo nacional, defender su estrategia de seguridad, jactarse de que hay menos muertos por COVID, defender su política de bienestar, y decir que ya no hay ‘gasolinazos’. Estos dos párrafos son resultado de las últimas dos semanas de ‘trabajo’.
Por cierto, sobre el protocolo de regreso a clases, incluye la firma, por parte de los padres de familia de una carta compromiso de corresponsabilidad en la que se solicita “identificar signos y síntomas relacionados con la enfermedad COVID-19 como malestar general, tos seca, estornudo, dolor de cabeza, fiebre o dificultad para respirar”. Creo que muchos padres responderán siguiendo el ejemplo de la esposa del presidente, en julio de 2020: “No soy médico; a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”.
En definitiva, gobernar es más sencillo que extraer petróleo.