Don Chucho el campanero: Francisco Pájaro

Hace unos días cumplió 100 años de vida don Jesús Ruiz Sánchez que por más de 50 años fue campanero de la Parroquia de San Juan Bautista de San Juan del Río. Hablar de un campanero hablamos de una de las ocupaciones más raras en la actualidad, sobre todo porque aparte de que es una ocupación poco valorada, muchos de los templos católicos se han limitado a llamar a las misas de una forma común y corriente, haciendo que se pierda la tradición de los diversos toques de campanas que regían la vida de los pueblos y de las ciudades.

Don Jesús Ruiz, nace en esta ciudad de San Juan del Río, el día 21 de junio de 1921, hace precisamente 100 años, dedicándose más de la mitad de su vida a uno de los trabajos menos comunes como ya lo señale anteriormente.

Don Jesús ha sido testigo de los toques de las campanas en momentos de alegría y de tristeza, no solo para actos religiosos, si no para eventos donde participa la sociedad sanjuanense. Y así por ejemplo, recordamos los llamados a las misas solemnes como cuando se cumplieron los cincuenta años de la coronación de la Virgen de Guadalupe o cuando en 1985 llego a nuestra ciudad la campana de Dolores, la constitución de 1917 y la bandera nacional, al cumplirse 175 años del inicio de la guerra de independencia y no podemos dejar pasar los repiques a las campanas de cada 12 de diciembre o del día 24 de junio de cada año.

Él ha sido responsable que a diario escuchemos los toques que desde la época virreinal se han ejecutado con las hermosas campanas que tiene el principal templo de los sanjuanenses. A diario escuchamos o escuchábamos porque ya no se da tan frecuentemente, el toque de laudes, del ángelus, de las tres de la tarde, de vísperas y de ánimas, toques que todavía guían a muchos en su vida cotidiana.

A veces es tan complicado el repique de las campanas, que se hace un peligro el hacer girar las esquilas, que incluso en la torre campanario de la Parroquia de San Juan Bautista, han sucedido algunos accidentes donde en años pasados han perdido la vida algunos campaneros o voluntarios que suben a realizar esta labor, sin embargo han sido casos mínimos y el ver y escuchar el repique de las campanas es algo sumamente hermoso.

Así las cosas don Jesús fue heredero de una de las tradiciones más hermosas que era el tocar las campanas en el templo parroquial, que por mucho tiempo guiaron la vida de los sanjuanenses, al igual que el sonido de las campanas de los otros templos de la ciudad.

A don Jesús, don Chucho, como lo conocemos, le felicitamos por estos 100 años de vida y le agradecemos que haya cuidado a los bellos bronces sanjuanenses que se encuentran en el templo más querido por los habitantes de esta noble ciudad.