Aún no es cosa del pasado la derrota prácticamente absoluta del partido del presidente Andrés Manuel a nivel estatal
Fernando Islas
Las bases de Morena en Querétaro tienen claro que el pasado proceso electoral estuvo plagado de inconsistencias, las imposiciones estuvieron a la orden del día y la violación de los estatutos del partido fue algo que terminó siendo normalizado por aquellos que recibieron la autoridad de tomar decisiones, mismas que en los resultados reflejan la falta de conocimiento del partido a nivel local y de los liderazgos que pudieron haber entregado mejores cuentas a la militancia y al partido a nivel nacional.
Aún no es cosa del pasado la derrota prácticamente absoluta del partido del presidente Andrés Manuel a nivel estatal, y aunque algunas figuras que cuentan con la representación legal, más no con la legitimidad ante la militancia, se han empeñado a querer tapar el sol con un dedo, la realidad es que los culpables del desastre electoral aún no rinden cuentas ante los órganos internos de Morena y ante esta situación el encono al interior no ha hecho más que ir en aumento.
Pero las personas que hemos caminado con AMLO desde hace más de una década, tenemos claro que ante cualquier situación la respuesta está en las bases del partido. Por ello es que diferentes personalidades empiezan a figurar para poder encabezar el partido-movimiento en Querétaro y no es para menos; la bancada de Morena en el Congreso del Estado tiene la particularidad de que ningún diputado o diputada está afiliada al partido, de las regidurías ganadas ni qué decir y al perder las diputaciones federales, Morena Querétaro se queda únicamente con la representación en el Senado de la República, que si bien el doctor Herrera no es afiliado, ha demostrado que comulga tanto en el discurso como en la acción con los principios y valores de la Cuarta Transformación Nacional.
Las piezas se mueven. Las afiliadas y los afiliados están listos para el próximo proceso electoral interno, todos con el claro objetivo de no permitir que en tres años se viva nuevamente una elección tan vergonzosa como la presenciamos el pasado 6 de junio.