Diversos estudios internacionales señalan que, cuando las expectativas se cumplen en el corto plazo, la confianza en los nuevos gobiernos se afianza

Javier Esquivel 

El principal reto de comunicación que enfrenta todo Gobierno electo con amplios márgenes de votación es el cumplimento de altas expectativas ciudadanas.

Con las campañas políticas y la polarización del humor social y la amplia gama de promesas y compromisos, las candidatas y candidatos inyectaron grandes dosis de esperanza y alimentaron la ilusión de una mejora continua y cambio radical en poco tiempo, lo que obligará a los nuevos gobernantes a dar resultados rápidos y de manera acelerada.

Diversos estudios internacionales señalan que, cuando las expectativas se cumplen en el corto plazo, la confianza en los nuevos gobiernos se afianza y se construyen lazos vinculantes que permiten márgenes de tolerancia, pero cuando las expectativas son incumplidas, influye notablemente en el severo juicio, la descalificación y la desaprobación de las acciones de Gobierno sin discernir cuáles son viables y eficaces. El incumplimiento también puede constituir una amenaza para la reputación y legitimidad de un Gobierno y de quien lo encabeza.

Con la contabilización total de los votos en el estado de Querétaro, donde el Partido Acción Nacional obtuvo una holgada victoria en todos los distritos locales y federales, además de la victoria en casi la totalidad de los municipios, se amplificó esta emoción y sentimiento público que es la esperanza.  La gente de la entidad espera y quiere creer que se aproxima un pronto cambio.

Las mediciones actuales del humor social poselectoral advierten satisfacción de defender, mantener y promover los valores y principios queretanos y la alegría de no dejarse vencer. Estas emociones son capitalizables en los primeros meses de arranque del Gobierno, pero de no orientarlas correctamente, se pudieran convertir en sentimientos de frustración y fracaso.

Cumplir las expectativas de 491 mil 550 personas que votaron por Mauricio Kuri no será nada fácil cuando existe el anhelo ciudadano de no perder lo hasta ahora ganado con el Gobierno anterior, pero sobre todo desean que con el nuevo Gobierno electo se cumplan las necesidades inmediatas como blindar a las ciudades del crimen organizado, esperan contar con movilidad segura y transversal en todo el estado, pero sobre todo anhelan que se den garantías de un ingreso justo, fuentes de trabajo que apoyen a la economía familiar acompañadas de un acceso ágil a la salud pública.

La gestión estratégica de estas expectativas dependerá de la capacidad y voluntad de escucharlas antes del arranque del mandato y entender el sentir de la población de cada uno de los 18 municipios, pero sobre el éxito de esta gestión estará supeditado por la habilidad y sensibilidad para detectar las diferencias entre lo que la gente espera y lo que el Gobierno puede ofrecer en los primeros 100 días de gobierno.

Ante estos escenarios, el reto para el Gobierno de Mauricio Kuri es mayor cuando además en sus primeros 100 días de gobierno no solamente deberá mantener aprobación de gobierno igual o superior a su antecesor –que fue del 61 por ciento a nivel estatal–, sino que en los primeros meses deberá incluir y motivar a los más de 450 mil ciudadanos que no votaron por él y su proyecto.

El rechazo ciudadano en las urnas a otros partidos se deberá traducir ahora en una administración pública que alimente la esperanza de los que se abstuvieron de ir a las urnas y que corresponda a las elevadas expectativas del ciudadano escéptico antipartidario que ha sido persuadido de las ventajas de su triunfo. La comunicación gubernamental deberá ser suficientemente robusta y metodológica para generar más consensos que disensos entre las diferentes corrientes de opinión o filias partidistas.

Por ello, el Gobierno que arranca tendrá la necesidad de ofrecer convincentes resultados sobre su desempeño inicial. Las evaluaciones que suelen hacerse los primeros meses pondrán a prueba la estrategia de comunicación, la cual no solo deberá evitar la comparación con gobiernos emanados de otras fuerzas políticas, sino que deberá garantizar el derecho ciudadano a la información y transparentar las acciones de Gobierno.

Con el capital político ganado en las urnas se facilita la oportunidad para Kuri González de potencializar su imagen y capacidad de gobierno frente a otros representantes del Ejecutivo de los otros estados de la República, que competirán en todos los indicadores de gobierno con miras a la construcción de narrativas del 2024.  La comparación de quién gobierna mejor ha sido y será motivo de conversación.

Crisis y comunicación de políticas públicas. Mauricio Kuri González será uno de los 15 gobernadores que inician su gestión en medio de pandemia. La comunicación de Gobierno del primer año también debe contemplar que aún faltan etapas que completar del manejo estratégico de crisis gubernamental como la contención y reparación del daño, así como las medidas preventivas que emplearán para proteger la salud de miles de ciudadanos queretanos que buscan incorporarse a una nueva normalidad.

Una comunicación efectiva del análisis, estudio, implementación, evaluación y resultado de las políticas públicas transversales en la materia para reactivar la economía y garantizar la salud serán clave durante su primer año de mandato.

Otro de los aspectos fundamentales por comunicar en materia de indicadores nacionales y políticas públicas serán los mecanismos para generar percepción de seguridad en el estado. El reto es significativo cuando el Gobierno saliente mantuvo en el último año a Querétaro como la novena entidad más segura del país.

Atributos personales. El nuevo gobernador electo asumirá la conducción del estado con una opinión del 68 por ciento favorable a su persona. En las mediciones de la comunicación gubernamental existe esa mezcla inevitable que considera los atributos individuales –principios, valores, costumbres, vínculos familiares, estado físico y de salud– con la forma en que se gobierna, por lo que cada uno de sus actos y decisiones personales que sean de interés público podrían abonar y trasladarse a la percepción del nuevo Gobierno.

El blindaje, la separación y armonización de estos aspectos serán clave para los primeros 12 meses de arranque en la construcción de imagen de su Gobierno y de su propia reputación.

La narrativa de Gobierno y el discurso del gobernador. La proyección gubernamental que se le imprima a través de su estrategia integral de comunicación de Gobierno necesitará de una narrativa en la que se evite desmontar totalmente el legado del Gobierno saliente, pero que genere la percepción de que toda nueva mejoría estatal es producto del esfuerzo y trabajo estratégico de la nueva Administración.

La narrativa por desarrollar requiere hacer suyo el rumbo y visión del nuevo Gobierno e imprimir un sello y estilo propio de gobernar adecuado al futuro del mediano y largo plazo.

Recordemos que los primeros años de gestión la narrativa debiera inducir el trazo imaginario de cómo es el modelo y qué características tendrá el nuevo Gobierno que se implementará y hacia dónde se quiere ir con ese diseño gubernamental, para posteriormente comunicar los beneficios alcanzados.

Por lo general, el discurso de toma de posesión es la pieza y momento adecuado para dar a conocer la arquitectura gubernamental y el estilo personal que imprimirá el nuevo gobernante; sin embargo, las competencias entre gobiernos de Morena versus gobiernos del PAN pudieran modificar los tiempos y los plazos.

Por ello, la relación y el papel estratégico que desempeñará Mauricio Kuri en la Conferencia Nacional de Gobernadores, Conago, será fundamental para fortalecer su imagen política y del estado de Querétaro. El escenario de éxito o fracaso dependerá en gran medida también del discurso que adopte el nuevo gobernador electo frente al Gobierno federal y sus políticas públicas vinculantes con las entidades no gobernadas por su partido.

La tipología y tono del discurso debiera modificarse y transitar de la arquitectura de un discurso de senador de la oposición en campaña por la gubernatura de su estado, al relato oral de un gobernador electo con alto capital político dentro de su estado y en la esfera nacional y que además se ha caracterizado por su amplia capacidad diplomática y de negociación con todos los actores políticos. El tono y contenido del discurso gubernamental –así como la diplomacia política entre estados de la Federación– cuenta y más cuando en el horizonte se asoma el 2024.

La comunicación y difusión de su gabinete y equipo de trabajo –fuera del ejercicio de cuotas familiares o cuates, equitativo e igualitario en el que se elimine la sospecha de que hombres clave del tricolor de sexenios pasados alentaron a la distancia el triunfo de la campaña– será una de las primeras acciones fundamentales para empezar a trazar la imagen del nuevo Gobierno.

Más allá de esta primera aproximación a los retos del nuevo Gobierno en materia de comunicación y de la expectativa por dar buenos resultados sobre el desempeño gubernamental, será clave dimensionar en su justa realidad las condiciones económicas y sociales del estado y la capacidad política de resolver cada una de las problemáticas y necesidades, pero sobre todo es necesario considerar la sana distancia entre las inercias y voluntarismo del partidario en campaña para lograr los cambios deseados a través de un buen Gobierno.

Apuntes del consultor

La construcción de un Gobierno confiable, cercano a la gente por sus resultados, que responde a las necesidades y problemáticas de los que más lo requieren, con una imagen nacional e internacional capitalizable, con vínculos políticos de respeto y colaboración con todas fuerzas políticas y con solidez en sus políticas públicas, no inicia solamente con un logotipo  atractivo de Gobierno, con un manejo viralizable de redes sociales o con un operador de medios regionales, sino –como es entendible– requiere de una estrategia integral de comunicación de Gobierno y de un equipo profesional con la sensibilidad y experiencia para construirla y operarla.

Una decisión será del nuevo gobernador y de su equipo de asesores. Por lo pronto, ya hay nombres que pudieran enfrentar, encabezar el reto y aceptar la responsabilidad. En la terna, Ginette Amieva, Eitan Kovalsky y Miguel Ángel Vichique.