Aprendimos que las ideas fluyen con especial energía en el encuentro físico de un profesor con sus aprendices, pero descubrimos que podemos tocar la curiosidad intelectual de nuestros estudiantes a través de la pantalla
Saúl Crespo Sánchez/Director de Departamento Asociado, Tecnologías Sostenibles y Civil, Tec de Monterrey Campus Querétaro.
Twitter: @saulcrespo12
Habría que empezar por reconocer que lo vivido durante los últimos 15 meses de pandemia ha cimbrado y trastocado múltiples planos. En el correspondiente a la educación, los profesores no solo tuvimos que migrar de los espacios físicos a los virtuales, sino repensar y revolucionar de manera inmediata nuestras estrategias docentes, y en ese repentino proceso de transformación, descubrimos algunas cosas destacables.
Aprendimos que las ideas fluyen con especial energía en el encuentro físico de un profesor con sus aprendices, pero descubrimos que podemos tocar la curiosidad intelectual de nuestros estudiantes a través de la pantalla contando historias, encapsulando ideas. Aprendimos que con nuestra presencia atraíamos la atención de nuestros escuchas, pero descubrimos que al quitarnos el saco y la corbata se establece tras la pantalla otro tipo de relación en la que el dialogo abierto produce infinita riqueza. Estábamos conscientes del gran valor de nuestra vocación, pero descubrimos nuestra enorme resiliencia y capacidad de seguir entregándolo todo aún en condiciones adversas. Para nosotros, este periodo de contingencia fue un espacio de retos pero de oportunidades, y con ellas, múltiples descubrimientos hacia una educación que sin duda, seguirá evolucionando.
Enorme reconocimiento para ti que quizá hoy te encuentras reflexionando sobre cómo inspirar a los jóvenes tras una pantalla.