Será muy complicado que los electores de los 300 distritos electorales acepten una historia de rechazo a Morena
Javier Esquivel
Mucho se habla, se escucha y se lee en los medios de comunicación sobre el voto útil y especialmente durante las últimas semanas de la contienda. De los temas tácticos de campaña, el que más se utiliza entre candidatas y candidatos y dirigentes partidistas –después de los debates electorales– es este término que aparece en escena y que se refiere al voto que emite un elector a favor de una persona o partido que no es de su preferencia, pero que tiene mayores posibilidades de derrotar a otra cuyo triunfo no se desea.
Nos referimos a personas y partidos como objeto del voto útil, en razón de que la polarización de la contienda en todo el país implica votar equilibradamente por las marcas de los partidos y los arquetipos de las candidatas y candidatos. En las últimas elecciones en México no es así. La tendencia indica que el elector vota más por el personaje que por el instituto político que representa; sin embargo, en este caso la pasión generada por la polarización equilibra el porcentaje.
El equilibrio deriva también por el número de cargos de representación popular por los que tiene que elegir el elector en una sola ida a las urnas. En el caso de Querétaro, como es bien sabido, se votará por gobernador, diputados federales, locales, y alcaldes que representan más de media docena de opciones para el ciudadano que ejercerá su voto.
Este escenario nos obliga replantear desde una óptica ciudadana cuál será la efectividad y el valor del llamado al ‘voto útil’ que hacen los partidos políticos cuando las encuestas de opinión indican que el PAN tiene una intención de voto mayoritaria para la gubernatura y más de la mitad de las alcaldías, incluyendo la capital del estado.
Para resolver la interrogante,tendríamos que evaluar la efectividad de la comunicación en torno al voto útil que hacen los partidos integrantes de la coalición Va por México en Querétaro cuando no en todos los distritos locales y federales compiten juntos y es menester evaluar también la contra estrategia de Morena y de la coalición Juntos Haremos Historia, que en este caso pelea por ser la segunda fuerza.
El mensajero es también el mensaje
Una de las variantes a estudiar para medir la efectividad del voto duro en Querétaro es el origen del mensaje y la credibilidad del vocero principal que hace el llamado al voto útil.
En ambos casos, los actores políticos de la oposición al PAN que gobierna el estado y los voceros de la coalición Va por México que buscan ganar sus distritos electorales federales para evitar la mayoría de Morena en el Congreso cuentan con saldos negativos.
De acuerdo con la más reciente encuesta publicada sobre la opinión de los partidos políticos de la coalición Va por México, el PAN tiene una opinión negativa a nivel nacional del 67 por ciento; el PRI, del 77, y el PRD, del 67 a nivel nacional, contra un 51 por ciento de opinión favorable de Morena. Cifras equiparables con su nivel de confianza tanto a nivel estatal como en el ámbito nacional.
Ello implica que emisores o el emisor del llamado al voto útil no cuenta con los adeptos necesarios para hacer creíble, confiable y replicable el mensaje sin importar que el emisor sea en voz del partido o expresado por los máximos representantes de los partidos.
La narrativa cuenta
Otro de los fundamentos esenciales para hacer efectivo el llamado al voto útil es la narrativa. Los partidos de la coalición Va Por México juntos o por separado, desde que inició el proceso electoral y durante las campañas, han carecido de la capacidad de narrar y convencer al elector una historia que le permita tener claro por qué votar por ellos, porqué creer en sus propuestas y soluciones y llegar a pensar que, de ser ciertas sus ofertas de campaña, es lo que más le conviene ante la situación crítica que viven.
Será muy complicado que los electores de los 300 distritos electorales acepten una historia de rechazo a Morena y sus aliados y apliquen un voto útil que favorezca a la coalición Va por México, sobre todo si analizamos los sectores de jóvenes y adultos de clase media a clase media baja que reciben algún beneficio gubernamental.
La narrativa del voto útil de la oposición –solo si cuenta con una buena estrategia integral y canales de información unificados– podría incrementar su fuerza y eco en poblaciones de clase media y clase media alta y en sus electores que representan su voto duro y voto blando, pero que no son mayoría ni suficientes para ganar los 151 distritos federales por los que compiten.
Sin embargo, en la lucha por el voto útil en los 149 distritos restantes, cada partido hace su propio llamado, aplica sus propias estrategias y ejecuta sus propias tácticas de comunicación obteniendo –hasta ahora– como consecuencia un voto dividido entre ellos mismos y los partidos que no van en coaliciones como lo es Movimiento Ciudadano y los de nuevo registro olvidando así que las mayorías calificadas en el Congreso también se hacen con acuerdos parlamentarios como hasta ahora ocurre.
Otro factor determinante que hace dudar de la efectividad del llamado al voto útil de los partidos de oposición es el nivel de desconfianza y de rechazo que cuentan cada uno de los candidatos plurinominales para para ocupar los espacios de representación legislativa sobre todo en las circunscripciones donde no son mayoría.
La mayoría de las encuestas publicadas para medir intención de voto para la Cámara de Diputados indican que el PAN, PRI y PRD cuenta con un promedio del 47, 54 y 59 por ciento de rechazo respectivamente. Indicadores que refuerzan más la posibilidad de que la narrativa usada en la comunicación electoral sea efectiva para llamar al voto útil de la población.
Apuntes del consultor
• Este escenario del llamado al voto útil conlleva también riesgos para los partidos que cuentan con nuevo registro. La polarización del voto representa una amenaza de no conseguir el 3 por ciento para mantenerse vigentes para la próxima elección.
• No utilizar una estrategia adecuada para el llamado al voto útil podría afectar también la representación en los 15 congresos locales que se renuevan. Recordemos que para las modificaciones constitucionales se necesitan mayorías en al menos 17 de ellos.
• La estrategia de Morena y sus aliados para fragmentar el llamado al voto también útil cuenta y veremos y analizaremos su efectividad en las próximas dos semanas. En política –y en elecciones– no hay sorpresas, hay sorprendidos.