El actual conflicto tuvo su origen cuando el 10 de mayo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ordenó el desalojo de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén y la evacuación de varias familias palestinas en un barrio en Jerusalén
Alejandro Gutiérrez Balboa
A semana y media del inicio de un nuevo capítulo de las hostilidades entre Israel y los grupos terroristas palestinos Hamas y Yihad Islámica, el saldo era de 192 palestinos muertos, entre ellos 55 niños y más de 1200 heridos. Por el lado israelí se cuentan 10 muertos.
El actual conflicto tuvo su origen cuando el 10 de mayo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ordenó el desalojo de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén y la evacuación de varias familias palestinas en un barrio en Jerusalén Este en pleno Ramadán, la principal celebración musulmana. Esto para continuar con la colonización israelí de territorios palestinos. La respuesta de Hamás fue iniciar ataques con cohetes, primero contra Jerusalén y luego Tel Aviv y varias ciudades del sur del país.
Los grupos terroristas palestinos que controlan la franja de Gaza habían lanzado más de 3 mil cohetes, con muy poca eficacia, toda vez que el sistema antimisiles israelí, denominado Cúpula de Hierro había destruido o interceptado en el aire a más del 80% de los proyectiles de Hamas y, de los restantes, muy pocos impactaron blancos a diferencia de los proyectiles israelíes de represalia que suelen ser muy precisos y mortíferos.
Muy difundido fue la destrucción de un edificio de 13 pisos donde se alojaban oficinas de la prensa internacional. Netanhayu ha alegado que era la sede de una oficina de inteligencia de los terroristas y por ende un blanco legítimo.
Las armas de Hamas son casi en su totalidad de origen iraní y de ninguna manera son las de última generación, por lo que vale cuestionar el costo de estos ataques en términos de ganancias y pérdidas. Gaza está semi bloqueada por Israel desde hace años y padece de escasez de electricidad y combustibles.
Netanyahu tiene juicios pendientes en su país por soborno y fraude, y estaba a punto de tener que dejar el gobierno, por lo que esta nueva escalada que durará varios días o semanas más, con su secuela de muertos, heridos y gente sin hogar, le ha caído como anillo al dedo, al posponerse el relevo en el poder.