Durante sexenios pasados se les pagaba a las personas por cuidar los bosques y las selvas, ahora se paga por sembrar árboles frutales y maderables
Carlos Olguín
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), para el periodo del 1 de enero al 29 de abril de 2020 hubo en el país 2790 incendios vs 4676 para el mismo periodo de este año 2021, este organismo que como muchos otros apenas sobrevivía con los pocos recursos que tenía, le fueron reducidos a más de la mitad durante lo que va del sexenio y se eliminaros apoyos como el FONDEN, que ayudaba a la lucha contra este y otros desastres.
Se habla mucho del programa “Sembrando Vida”, que más bien debería llamarse exterminando vida, de 575 millones de árboles que debían plantarse en 2019 solo se sembraron 80 millones de acuerdo con la ecretaria del Bienestar, es decir 14%, pero lo realmente preocupante es que diversas investigaciones han evidenciado que lo que ha ocasionado este programa es una quema masiva de árboles y zonas naturales en todo el país.
Durante sexenios pasados se les pagaba a las personas por cuidar los bosques y las selvas, ahora se paga por sembrar árboles frutales y maderables, lo que se ha traducido en una deforestación inmensa, para “crear” espacios donde poder sembrar.
Según el Instituto de Recursos Mundiales WRI, solo durante el primer año de operación este programa causo pérdidas por más de 73 mil hectáreas de recursos naturales según un estudio basado en imágenes satelitales.
Solo hace falta que veamos el estado de nuestras presas, ríos, nuestros cerros que nos rodean para darnos cuenta de la magnitud del problema que estamos atravesando, no llueve y en lugar de ayudar al medio ambiente lo destruimos, el gobierno no asume su responsabilidad en el tema, y esto traerá muchas consecuencias a mediano y largo plazo, como hambre, enfermedades y sequias nunca antes vistas.
La misma suerte corre la educación en nuestro ´país que de por si enfrentaba muchos problemas, con las clases por televisión abierta con programas de otros países, sin interacción, sin resolver dudas, con tecnologías de hace dos siglos, que han causado retrasos y años de avance educativo perdidos, sumado a que entre 5 y 7 millones de estudiantes abandonaron la escuela a causa del Covid-19, así como de los pocos apoyos por parte del gobierno federal, ahora se anuncia que México no participara más en la prueba PISA que permite medir nuestra calidad educativa a nivel mundial, con los nuevos libros de texto gratuitos con una carga ideológica inmensa que se hacen al vapor, sin recursos para capacitación docente, sin apoyos por pandemia y con las escuelas cerradas veremos efectos devastadores para México no solo en este sexenio sino en décadas traducidas en pobreza e ignorancia.