Así mismo, se puede apuntar la valentía y coordinación con la figura presidencial para resolver las controversias que aquejan al pueblo
Sergio Arellano
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es una tuerca insustituible en el engranaje mexicano. Podemos hablar de los grandes personajes que han pasado por este Tribunal, tales como Benito Juárez, quien asumió la presidencia de la república en un periodo crítico en la historia nacional. Así mismo, se puede apuntar la valentía y coordinación con la figura presidencial para resolver las controversias que aquejan al pueblo. Tal y como sucedió en la expropiación petrolera en el mandato del General Lázaro Cárdenas. Hoy en día, entre otras funciones, funge como un contrapeso ante los actos de autoridad que contravienen a los derechos humanos. Tenemos una corte constitucional que señala los límites al poder, así como los derechos y obligaciones de sus habitantes. ¿Pero de qué sirve? Necesito confesarles. El talón de Aquiles de nuestra máxima instancia judicial, recae en su autonomía. ¿Por qué mi afirmación? Quiero observarlo desde dos ángulos. En su momento, tuve la oportunidad de platicar con Mariano Azuela Güitrón, ministro en retiro de la SCJN. Me comentaba que, si no fuera por su amistad con Miguel de la Madrid, nunca hubiera sentido la toga en sus manos.
Esto quiere decir, que los presidentes, han tenido una injerencia notoria en la elección de las y los integrantes de la Corte al idear una terna que es remitida al Senado con ciertos favoritismos. En contraste, sabemos que tenemos la fortuna de contar con juristas al nivel de tal distinción. Lo que no tienen, son los contactos políticos. La segunda mirada podemos enfocarla en la reforma avasalladora que impulsó Andrés Manuel López Obrador en el Congreso de la Unión. Tocando la temporalidad del cargo de Presidente de la SCJN.
Una propuesta que nunca se socializó con Arturo Zaldívar, representante del poder judicial en nuestro país. Ante dicha situación, el propio ministro invitó a que se utilicen los mecanismos legales correspondientes para someter a discusión la constitucionalidad de la medida. Una vez publicada la reforma en el Diario Oficial de la Federación. Después de leer esta lamentable noticia, considero, salvo su mejor opinión, que la separación de poderes debe defenderse. La imposición a una instancia jurisdiccional nunca será bienvenida en un estado democrático. Ojo con las manos de AMLO.