El actual presidente inició su carrera política en esa época en que gobernaba México Luis Echeverría
Mario Maraboto
Seguramente todos recordamos la película “Volver al Futuro”, en la que un adolescente viaja de 1985 a 1955 para intentar corregir algunos hechos del pasado en la relación familiar.
Hoy, la 4T, sin necesidad de grandes avances tecnológicos, está viajando al pasado con acciones y políticas de hace más de 45 años, sin considerar las consecuencias de las mismas.
El actual presidente inició su carrera política en esa época en que gobernaba México Luis Echeverría, recordado, entre otras cosas, por los eventos de 1968, por generar encono social, por la inestabilidad social generada por grupos guerrilleros, y por una crisis económica. Desde su campaña, Echeverría empezó a manejar un discurso de cambio y muchas de sus decisiones eran viscerales sin importar las consecuencias. Al inicio de su sexenio empezó a tener diferencias y enfrentamientos con los empresarios a quienes calificó de ambiciosos y los tachó de “Emisarios del pasado”.
Entre sus decisiones promovió la intervención del Estado en todo tipo de actividad, especialmente la económica, realizó diversas nacionalizaciones, compró empresas en quiebra para “sostener el empleo”, creo empresas paraestatales deficientemente administradas y acabó con algunas instituciones autónomas. Como buen populista ofrecía crecimiento económico y sacar de la pobreza a millones de mexicanos para lo que empezó a gastar desordenadamente el dinero público pero con fines políticos; disminuyó la inversión privada, aumentó el gasto público, buscaba que la economía nacional dependiera del petróleo y dio apertura a nuevas universidades y centros de educación media con admisión a todo público.
Las consecuencias se empezaron a notar al tercer año de gobierno: el modelo económico comenzó a debilitarse; el déficit público empezó en 2.5 % del PIB en 1971 y en 1975 ya era de 9.3 %; la inflación que en 1970 era de 4.6%, terminó en 1975 en 11.3% y la deuda pública creció significativamente. Al final del sexenio la política populista terminó con las reservas internacionales y con ello terminaron 22 años de estabilidad cambiaria.
Como en la película, México está regresando en el tiempo, pero no para corregir. Las similitudes con ese pasado son asombrosas; el actual presidente vivió esa época dentro de las filas del PRI, que fue su escuela en la política, y que ahora se identifica como Morena. Lamentable regreso al futuro.