La última táctica se denomina Cambiar el tema de la cual el presidente es un verdadero maestro
Mario Maraboto
“Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo; se puede engañar a algunos todo el tiempo; pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Esta frase, atribuida a Abraham Lincoln, viene a cuento ante lo que sucede todas las mañanas en la llamada “conferencia (de prensa) mañanera” del actual presidente de la República, llena de repetitivas frases hechas, de lugares comunes, de denostaciones y amenazas a quien osa criticar, de acusaciones infundadas y de “otros datos” que no acreditan fuente. Una consultoría especializada que da seguimiento puntual a las declaraciones del presidente reveló recientemente que sólo en la 1.46 horas que en promedio dura cada “mañanera”, el presidente dice 81 “afirmaciones no verdaderas” (falsas), sin considerar las que pronuncia durante sus giras.
Una de las tácticas para engañar que frecuentemente utiliza el mandatorio en su comunicación es la denominada “Caja China”, una herramienta muy útil especialmente para los políticos en todo el mundo, empleada para derivar a las audiencias hacia un tema sensacionalista o polémico para evitar hacer frente a temas verdaderamente importantes. En realidad se trata de una cortina de humo o un montaje a base de inventar una historia chismosa para distraer a la población sobre los temas fundamentales.
Otras tácticas recurrentes son la llamada “lámpara de gas” (gaslighting) por la que se distorsiona el sentido de la realidad a través de expresiones como: “esto no es así”; “Se lo están imaginando”; Proyección, mecanismo empleado para desplazar la responsabilidad del comportamiento y los rasgos negativos de uno atribuyéndolos a otra persona; Conversaciones sin sentido, involucra las dos anteriores a través de ensaladas de palabras, conversaciones circulares y argumentos agresivos contra las personas, para desorientar, desacreditar y distraer del problema principal y hacer sentir a los demás culpables por tener pensamientos y sentimientos, esos sí reales, que difieren de los suyos.
La última táctica se denomina Cambiar el tema de la cual el presidente es un verdadero maestro. Se trata de una digresión literal del tema que realmente importa para redirigir la atención a un tema completamente diferente y evadir la responsabilidad. Ejemplo de ello fue la exhibición de un montaje periodístico de hace 15 años para no mencionar el tema de la deficiente gestión de las vacunas contra Covid-19.
Son tácticas de distracción que, según la doctora Linda Martínez-Lewi, especialista en personalidad narcisista del Occidental College en Los Ángeles, emplean las personas tóxicas como los narcisistas malignos, los psicópatas y aquellos con rasgos antisociales para distorsionar la realidad y desviar la responsabilidad hacia alguien más. Explica: “En lugar de reconocer sus propios defectos, imperfecciones y fechorías, los narcisistas y sociópatas malignos optan por arrojar sus propios rasgos a sus sospechosos desprevenidos de una manera dolosa y excesivamente cruel”.
Si Lincoln tiene razón, no se podrá seguir engañando a todo México todo el tiempo.