Francisco Pájaro
La próxima semana recordaremos los católicos el llamado “Viernes de Dolores”, el cual corresponde al viernes anterior a la Semana Santa, en el cual se hace memoria de los siete dolores de la Santísima Virgen María, por lo cual, la llamamos Virgen de los Dolores o Virgen Dolorosa, que para los queretanos revista una gran importancia porque la Patrona Principal de la Diócesis es Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, una hermosísima imagen de Nuestra Señora que se venera en la Basílica a ella dedicada en Soriano, Colón, Querétaro.
Si bien es cierto el Concilio Vaticano II, considero que esta fecha se duplicaba con la celebración litúrgica del 15 de septiembre; se ha conservado en el corazón del pueblo está arraigada tradición del “Viernes de Dolores”, que incluso la Congregación para el Culto Divino ha dispuesto que en donde se siga celebrando esta fecha se conserve como tal, y de ahí que en nuestra diócesis se siga conservando litúrgica y popularmente este día.
Ha sido tradición por muchos años, peregrinar del jueves al viernes de Dolores y llegar a la los pies de la Virgen en su basílica; todavía recuerdo las peregrinaciones que salían esporádicamente de San Juan del Río y durante toda la noche caminaban en medio de la oscuridad hacia Soriano, para llegar en las primeras horas del día hasta Soriano, entrar a la actual basílica y postrarse ante la bendita imagen, participar en la misa y salir a comprar los clásicos “recuerdos” entre ellos el “quiote” y el pan tan famoso que es de esa región.
Los padres Xaverianos, aquí en San Juan del Río, realizaban esta peregrinación con los chicos de su seminario y con algunos de los alumnos del Colegio Centro Unión y se unían con todas las personas que salían caminando por la antigua calle de don Eusebio, hoy calle de Ignacio López Rayón y seguir el caminar de muchos peregrinos.
Este año, con motivo de la pandemia que actualmente tenemos y que esperemos que termine lo más pronto posible, las peregrinaciones están suspendidas, lo mismo que las visitas a la Basílica de Soriano, en los días “grandes” como la gente lo llama. Sin embargo, estaremos uniéndonos espiritualmente y por los medios de comunicación con esta gran celebración para la Diócesis de Querétaro y pediremos para que, en un futuro no lejano, podamos recuperar esta noble tradición de visitar a Nuestra Señora de los Dolores.
Mención especial merece para el Viernes de Dolores, la creación de los llamados “Altares de Dolores” o “Incendios”, los cuales se instalaban en las casas de nuestras ciudades como era el caso de San Juan del Río, en donde se veneraba alguna imagen de la Virgen de los Dolores y se colocaba una gran cantidad de velas, naranjas agrias, flores, banderas plateadas, y se repartía a los visitantes agua de limón con chía, como una de las costumbres más arraigadas del Viernes de Dolores. Ojalá dicha tradición se recupere y que sea uno de los elementos que podamos seguir heredando a las siguientes generaciones.
