Al invertir en un puente vehicular que no tiene banquetas adecuadas, cruces peatonales seguros, ciclovías y/o beneficios para el transporte público
Raúl Lorea
Aclarando que no estoy en contra de que haya más vialidades o más puentes, me permito compartirle que siempre me ha parecido que la inversión realizada en esos proyectos, generalmente es un tanto excluyente al no considerar beneficiar a otras formas de movilidad.
Según la Secretaría de Movilidad del Municipio de Querétaro, se realizan diariamente alrededor de 1.6 millones de viajes, de los cuales, el 44% corresponde a viajes en automóvil particular, 33% en transporte público, 22% a pie y sólo el 1% en bicicleta.
Cuando una obra pública de gran inversión está diseñada solo para una forma de movilidad, se está excluyendo al resto de la población. Por ejemplo, al invertir en un puente vehicular que no tiene banquetas adecuadas, cruces peatonales seguros, ciclovías y/o beneficios para el transporte público, significa que se está beneficiando únicamente al 44% de los usuarios, por lo que queda excluido el 56% restante, es decir, más de la mitad de los viajes.
Comparando también, el costo de inversión que requiere cada rubro, el del automóvil resulta más costoso pues consume más espacio público y desplaza menos gente por viaje que el transporte público, que consume menos energía y permite mayor cantidad de traslados.
Con lo anterior, me permito invitarle, amable lector, a que seamos críticos con las propuestas de obra pública que veremos durante las siguientes campañas electorales, que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas y no sólo al traslado de los automóviles.