Aún falta su aprobación en el Senado y la publicación por parte del Ejecutivo, pero todo indica que su paso por estas dos instancias será meramente de trámite
Hugo Lora
Uno de los efectos más comunes al consumir marihuana es la alteración de la percepción del tiempo, según Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en Estados Unidos, y es posible que el partido oficial sea lo que quiere lograr con los mexicanos para que no nos demos cuenta de lo mal que están haciendo las cosas o mínimo que se nos pase más rápido. Hay varios problemas que pretenden arreglar con la aprobación de la Ley Federal de Regulación del Cannabis pero que el nuevo marco legal lo logre y ganar el “Melate” parecen tener la misma probabilidad.
La razón principal por la que se quiere legalizar el uso lúdico de este cultivo es dar un golpe en los ingresos del crimen organizado y lograr una disminución en la violencia en el país. Según un estudio hecho por el Instituto Belisario Domínguez en 2016 el 15 por ciento de los ingresos de los cárteles provenían de la venta de marihuana. Pensar que se ha mantenido este porcentaje después de 5 años y su legalización recreativa en 15 estados de Estados Unidos es muy ingenuo, por decir poco. Además, suponer que la violencia bajará solo por permitir su producción, distribución y consumo es mucho peor. Sin un estado de derecho fuerte los cárteles serán capaces de diversificar su actividad a crímenes más redituables y posiblemente más violentos, pues independientemente de que la marihuana se legalice a ellos siguen dándoles abrazos, no balazos.
Otra de las problemáticas que pretende resolver esta legislación es la de los agricultores pobres que se han visto involucrados con el crimen organizado, a veces por oportunidad económica y muchas otras por fuerza. Cuando es por la primera muchos de ellos han terminado presos y cuando es por la segunda lastimados o, desgraciadamente, muertos. Esta nueva ley les da prioridad en la concesión de licencias estos pequeños agricultores y a indígenas, pero al momento de entrar en el mercado de la agricultura legal se toparán con los mismos problemas que tienen los pequeños ejidatarios a lo largo del país: falta de financiamiento, reducciones en el presupuesto gubernamental en el tema de apoyos, baja profesionalización de la mano de obra, entre muchos otros. Y además de que los cárteles los sigan extorsionando, estos podrán usar a los pequeños agricultores para legalizar su cultivo.
Aún falta su aprobación en el Senado y la publicación por parte del Ejecutivo, pero todo indica que su paso por estas dos instancias será meramente de trámite. Por todo lo dicho anteriormente, la única diferencia que tendremos después de su implementación es que podremos llorar más relajados, nada más.