Dichos y hechos de candidatos serán juzgados como también las acciones de partidos políticos que colocaron a mujeres donde sabían que había una desventaja
Alhelí Lara R.
@alhelilara
En un país de ciegos, no sólo el tuerto ocupa la silla de mando, también las desapariciones, los feminicidios, las violaciones son tema tabú que no reditúan en las encuestas, no aportan a las buenas cuentas de la Administración ni a la imagen del gobernante en turno.
Tomar el toro por los cuernos les inquieta, les molesta. Pareciera que el género sólo importa cuando existe un fin y un beneficio electoral.
Incluso, dentro de los propios medios de comunicación, de las empresas, de los partidos, aun persiste un desdén hacia el género femenino; basta ver directorios, gabinetes, puestos directivos, reuniones a modo.
En torno a las manifestaciones por el 8M leí una frase de Miguel de la Vega muy interesante: “Les pusieron muros para que no llegaran y ellas respondieron con palabras que llegan más lejos”, y así fue. Varios colectivos lanzaron una seria advertencia: “nos vemos en las urnas”.
Dichos y hechos de candidatos serán juzgados como también las acciones de partidos políticos que colocaron a mujeres donde sabían que había una desventaja.
En Querétaro, por ejemplo, se habla de una fuerza política que al no ver que su candidata “levanta en las encuestas”, destinará el 50 por ciento de su presupuesto -inicialmente destinado a la campaña para la gubernatura-, a conservar los escaños legislativos. Los esfuerzos y energía, comentan, se canalizarán a este fin. Este hecho ha provocado desacuerdo y descontento al interior del partido.
Existe una deuda histórica y un compromiso con las mujeres, a quienes se les ha violentado en distintos ámbitos y con diferentes grados de daño.
Este 2021, en las urnas se evaluarán los hechos, no sólo las palabras.