Ni la pandemia ha tratado igual a las mujeres, pues a todas las cargas de trabajo sin paga, ahora se le suma la de hacerse cargo de la educación de sus hij@s
Carlos Olguín
Todas las luchas de los grupos que han sido históricamente discriminados en algún momento se tornan violentas, las personas de ascendencia afro americana, los judíos dentro de la segunda guerra mundial, los campesinos de la revolución mexicana, las y los trabajadores en Río Blanco y Cananea, los pueblos originarios alrededor del mundo, como el EZLN en México, hay otros que por su naturaleza no pueden, las y los niños, las personas de la tercera edad, las y los discapacitados, pero las mujeres si.
Se les crítica por hacer manifestaciones violentas, sin darnos cuenta que solo es una manifestación de toda la rabia que sienten a diario por ser abusadas, violentadas, calificadas, ignoradas, discriminadas y acosadas por una sociedad que estructuralmente no las trata igual, aquí me gustaría profundizar un poco:
No las trata igual porque por trabajos idénticos no les paga lo mismo, porque no tienen las mismas oportunidades de trabajo, porque hay muchas cosas que no son de “niñas” como jugar fútbol, o vestirse de determinadas maneras, porque desde muy pequeñas se les regalan trastes, muñecos y juguetes por el estilo que de alguna manera condicionan lo que debe hacer, cual es el rol esperado, y como debe comportarse de acuerdo a lo que se “estila”, por otro lado al varón se nos dan balones, armas de juguete y desde ahí viene un condicionamiento social, esas son barreras estructurales.
Como varones se nos inculca que no debemos llorar, que debemos ser el sustento de la casa, y que la mujer debe ser apoyo, nunca la protagonista del crecimiento dela familia, no se nos critica por tener sobre peso o no ser muy agraciados físicamente, mientras que tengamos algo que ofrecer siempre “podremos escoger a una buena mujer.
A la mujer en cambio se le exige estar “bonita” o sufrir los embates sociales de desprecio, de quedarse sola, de no conseguir un trabajo, y no porque les falten credenciales o capacidades sino por su aspecto físico únicamente, esa frustración se ha contenido durante siglos, las mujeres solo buscan que se les deje atrás todo esto que es parte de pacto patriarcal y a los hombres no toca escuchar, aprender, darnos cuenta y cambiar, porque todos estamos rodeados de mujeres maravillosas que han pasado por todo esto y tal vez sin darse cuenta porque se ha “normalizado”.
Ni la pandemia ha tratado igual a las mujeres, pues a todas las cargas de trabajo sin paga, ahora se le suma la de hacerse cargo de la educación de sus hij@s, tener mayor carga de trabajo de casa sin pago, acrecentando la violencia pues sus parejas al no tener trabajo o acceso a bebidas alcohólicas descargan su ira contra sus víctimas favoritas, y todo esto no debe de normalizarse.
Sin embargo las nuevas generaciones no están de acuerdo, han levantado la voz y se han percatado de que todas han sufrido cosas similares y ahora son un grupo internado fuerte, que no esta dispuesto a que sus parejas sentimentales o ex parejas las maten, porque es en manos de ellos quienes pierden la vida 11 mujeres al día en México, por violencia intrafamiliar es un problema gravísimo que hay que atender, pero sobre todo tener una red de protección social que no ignore lo que pasa, que no lo normalice.
Termino diciendo que habrá que pensar que papel han jugado las religiones en estos estereotipos, y felicitando a todas las mujeres que con enorme valentía alzan la voz.