Hablar del entretenimiento es conversar de música, comida, viajes, experiencias, deportes, videojuegos, artes, teatro, baile, cine etc., pero sobretodo es platicar de la entrega a una pasión
Lisandro A. Meza De los Cobos/Coordinador de la Licenciatura en Dirección de Empresas de Entretenimiento, Universidad Anáhuac Querétaro
Antes de empezar a redactar y compartir con usted amable audiencia, unas breves, pero significativas palabras en relación a la hermosa industria del entretenimiento; me gustaría agradecer al periódico AM por esta maravillosa oportunidad, de corazón gracias.
Sentado en el escritorio de la oficina es que trato de encontrar elocuencia en mis palabras, párrafos erráticos una y otra vez se plasman ante el monitor, ideas demasiado abruptas reflejan mi prosa carente de inspiración; vaya que es difícil hablar sobre mi profesión (entretenólogo).
Abro el navegador musical y apretando en la opción de “sugerencias del día de hoy”, es que coloco los audífonos en mi oído y me permito cerrar los ojos, despareciendo por unos breves instantes; siento el golpe del bombo fuertemente en mis adentros, percibo el sonido de la guitarra vibrando fuertemente en mi corazón, escucho la suave voz de la artista esfumando las dudas y los tormentos de mi vida cotidiana, de los miedos por la pandemia, de las presiones laborales y al compás de una tenue melodía es que siento paz y tranquilidad.
Así de sencillo y complejo es hablar de mi profesión, así de fácil es que el entretenólogo entre su amplio conocimiento regocija los sentidos del espectador con estímulos físicos (colores, sonidos, sabores, sensaciones y aromas) que los transportan y reencuentran con su esencia más profunda, con ese niño interior alegre y juguetón, que no le importa el contexto solamente el deleite del tiempo presente.
Hablar del entretenimiento es conversar de música, comida, viajes, experiencias, deportes, videojuegos, artes, teatro, baile, cine etc., pero sobretodo es platicar de la entrega a una pasión, a un disfrutar y un regocijar del pase del tiempo tiempo en aquello que nos enternece y deleita el alma.