Ha llegado el momento de actuar y aprovechar las oportunidades que nos ofrece la tecnología y la investigación, para diseñar medidas de protección climática
Darinel Herrera
Los efectos del cambio climático se hacen sentir cada vez con mayor fuerza alrededor del mundo y el sector agrícola en particular está sintiendo ya efectos inmediatos.
Veranos más calurosos, escasez de lluvia, heladas, tornados, huracanes entre otros fenómenos naturales cada vez más extremosos, son solo algunas de las señales más evidentes de las consecuencias del calentamiento global.
Es por ello que ha llegado el momento de actuar y aprovechar las oportunidades que nos ofrece la tecnología y la investigación, para diseñar medidas de protección climática
Medidas efectivas, sostenibles y sustentables que provoquen que la seguridad alimentaria y el suministro de energía vayan de la mano.
La aplicación de la energía fotovoltaica en la agricultura
La aplicación de la energía fotovoltaica en la agricultura es un esquema prometedor que permitirá combinar acciones de seguridad alimentaria con el suministro de energía.
El objetivo principal del uso de este tipo de tecnología en la agricultura, es encontrar el modelo adecuado de integración entre la producción de energía solar (a través de la instalación de paneles solares en el campo) y la producción agrícola. Promoviendo así, un uso diversificado del suelo y el máximo aprovechamiento de los terrenos disponibles.
Algunos de los principales beneficios del uso e implementación de sistemas agrovoltaicos en la agricultura son los siguientes:
- Cultivar alimentos en zonas semidesérticas en las que apenas crece vegetación de forma natural. Ya que la agrovoltaica, persigue la producción agrícola a la sombra de paneles solares.
- Capacidad de producir más alimentos, ya que se podría cultivar en áreas donde anteriormente solo se admitían paneles solares.
- Más energía, a la inversa del punto anterior, se podrían emplear campos agrícolas para producir electricidad.
- Menor demanda de agua, debiéndose a un efecto derivado de la existencia de paneles solares.
- Menos emisiones de carbono, efecto derivado de reemplazar por energía solar, las energías contaminantes o no renovables.
- Aumento de puestos de trabajo, ya que en un mismo espacio se realizarán dos actividades distintas.
Sin duda, la introducción de la energía fotovoltaica en la agricultura, podría representar el camino hacia una agricultura más sostenible. Un modelo de producción y difusión que combina la eficiencia energética con la protección de la biodiversidad y la seguridad alimentaria.
Un claro ejemplo de la factibilidad de la aplicación de la energía fotovoltaica en la agricultura, es la central de 150 MWdc Aurora Solar ubicada en Minnesota, la cual comenzó a funcionar en 2017 y consta de 16 ubicaciones diferentes capaces de generar más de 210 millones de kWh anuales, equivalentes al consumo de energía de más de 17.000 hogares. Al mismo tiempo que evita la emisión anual de más de 150.000 toneladas de CO2 en la atmósfera.