“Corresponde a todos los que conducimos un vehículo automotor efectuar esos cambios respetando las normas y cuidando a los demás”
Leonardo Rabling Torres
La calle es la base del sistema de movilidad urbana y uno de los pilares del desarrollo económico de las ciudades. La estructura vial está diseñada para permitir el flujo tanto vehicular como peatonal, actualmente siendo su diseño una oportunidad de mejora de condiciones sociales de una ciudad. Por esto, la Nueva Agenda Urbana promueve la creación de espacios públicos seguros, inclusivos, accesibles, verdes y de calidad, en donde la seguridad vial toma un papel relevante.
Nuestras autoridades municipales tienen el compromiso de la instauración de calles y otros espacios públicos de calidad, sin distinción de género, edad o condición física, y con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar. Se necesitan acciones que reproduzcan los cambios positivos en nuestra movilidad. La sociedad civil puede apoyar una movilidad sostenible con acciones que promuevan la mitigación de los efectos negativos de las calles que han generan inseguridad y accidentes. Pero indudablemente corresponde a todos los que conducimos un vehículo automotor efectuar esos cambios, respetando las normas y cuidando a los demás usuarios de la vía, ya que tenemos una responsabilidad mayor por el peso, potencia y emisiones del auto.
Sobre todo, debemos apoyar las prácticas de movilidad responsable, por ejemplo: desplazarse a pie, en bicicleta o en transporte público; compartir el carro entre varios personas; desarrollar tecnologías que amplíen las opciones de movilidad sostenible; y sensibilizar a la población.
CONSEJO CIUDADANO DE URBANISMO
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