Prohibido ignorar las demandas de un electorado dolido y decepcionado, los resultados podrían no ser los planeados.
Alhelí Lara
Hay de pecados a pecados, veniales y capitales según la religión católica, y esta semana muchos de nuestros gobernantes, representantes y suspirantes han cometido más de uno, tanto en lo oscurito como a plena luz. Y muchas veces, el problema no está en el hecho, sino en las consecuencias del mismo.
Comencemos con el presidente Andrés Manuel López Obrador que no sólo rifó un avión sin avión, prometió vacunar sin suficientes vacunas y ahora no usará cubrebocas porque no contagia.
Seguimos con la suspirante de Morena a la gubernatura de Querétaro, Celia Maya, quien al ritmo de pasito tun tun, olvidó las medidas de prevención y fue captada en una fiesta en San Juan del Río, sin cubrebocas y en pleno baile.
Tampoco se salvó Martín Arango, secretario general del blanquiazul en el Estado, quien celebró el apoyo del partido Querétaro Independiente hacia Mauricio Kuri, pero minimizó los posibles conflictos de interés que existan en esta agrupación política ¿Cómo para qué investigar?
El equipo cercano al gobernador Francisco Domínguez, también hizo lo propio y aseguró desconocer la visita del Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrad, a la entidad el pasado 8 de febrero, pero elementos de la policía estatal custodiaron su trayecto, así porque sí, tal vez porque se les ocurrió. En dicha visita, por cierto, hay quien asegura haberlo visto por los mismos rumbos donde opera el senador con licencia Kuri González.
Y un acto venial y simpático es sin duda, el del dirigente estatal del PAN Agustín Dorantes, gran seguidor y “liker” de la conductora Marisol González.
El común denominador en todos estos pecaditos es que hay alguien que los graba, capta, escucha, investiga y difunde a través de los medios digitales. Hoy por hoy, los políticos deben mostrar coherencia, transparencia y originalidad al actuar, más aún en época electoral. Prohibido confiarse en los resultados que arrojan las encuestas, si bien reflejan una preferencia no necesariamente se traducen en votos. Prohibido mentir u omitir, pues en la época digital todo deja un rastro. Prohibido ignorar las demandas de un electorado dolido y decepcionado, los resultados podrían no ser los planeados.