Que suba el maíz no sólo afecta a la tortilla, tiene un efecto en cascada
Roberto Mendoza
Hay procesos que están empujando decisiones urgentes en el mundo y que nuestro gobierno no está, o al menos eso parece, preparándose para tomar acciones cuando finalmente nos afecte.
Hace unos días, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura advirtió que los precios de los alimentos están subiendo dramáticamente, sobre todo el maíz. Por diversos eventos climáticos, se perdieron millones de toneladas y al inicio del año ya había acumulado un aumento de precio de 42.3%. En nuestro país, desde los primeros días de este año, el presidente dijo que ya había negociado con los productores de tortilla 60 días para detener el aumento de precios, sin embargo, la repentina enfermedad del presidente le ha quitado días de negociación al gobierno y muy probablemente el precio de este alimento básico subirá, aunque el presidente no quiera.
Que suba el maíz no sólo afecta a la tortilla, tiene un efecto en cascada, pues se usa para muchas cosas, entre los productos que también subirán está la carne, el pollo y la gasolina. No es el único producto que aumentó de precio, hay otros como la leche o el pollo. ¿Se ha dado cuenta de que ha subido poco a poco la gasolina y el gobierno no dice nada? Hace unos meses la magna estaba a 16 pesos y hoy el promedio es de 19, la premium pasó de 17 a 20 en promedio y el gas pasó de 8.99 en febrero de 2020 a 13 pesos en este mes.
El país sufre una curva de desempleo muy alta, casi 12 millones de personas contra 33 mil que dice el presidente se recuperaron en enero, aparte, hay que pensar en los 2 millones de empleos que se necesita generar cada año y que en el 2020 no se generaron. ¿Cuál es la repuesta del gobierno a esta crisis? Una serie de 15 fiestas para este año, entre ellas, la celebración del 190 aniversario luctuoso de Vicente Guerrero en Cuilápam de Guerrero, Oaxaca, una de las comunidades, según la Secretaría del Bienestar, de mayor marginación del estado, donde se pretende hacer una fiesta en medio de una pandemia mundial, con un presidente que precisamente se acaba de recuperar de esta enfermedad. ¿Será buena idea?
¿Ha pensado el gobierno, en cómo nos ayudará a superar está crisis que se avecina o para ellos no se ve este horizonte? ¿Dónde está el dinero que se recaudó con la venta-no venta del avión presidencial? Es más ¿cuánto nos está costando ese avión que tanto le gusta al presidente, porque no más no lo vende? ¿Dónde está el dinero que se ahorró con la desaparición de los fideicomisos? ¿Acaso el gobierno va usar este dinero para pagar estas 15 fiestas? Y las vacunas ¿Cuándo le tocará su vacuna a nuestra mamá, a la abuela, a nosotros? ¿Se acabó la nueva normalidad? ¿Cómo se le llama a esto que vivimos? ¿El nuevo desastre de la cuarta transformación? Lo único que podría salvar el año son las elecciones. Pero, ¡Que decepción de políticos opositores! El poco poder que tienen es para su uso personal y de sus amigos, sino vea sus listas plurinominales. ¿Cuál es su estrategia, el amiguismo? ¿Todos iguales?