Imaginen que en el estado y en distintos municipios yace un conflicto que afecta el ejercicio de un derecho humano
Sergio Arellano
Queda claro que la suma de voluntades genera resultados tangibles. Máxime si se trata de la defensa de los derechos humanos. Aplaudo en demasía que la protesta pacífica y la presentación de propuestas sean parte de las noticias semanales. Les quiero platicar mi postura. Ustedes saben que ante cualquier conflicto legal, existe un juez que ayuda a dirimir controversias; los juzgadores que laboran en el poder judicial, tienen que actuar bajo el estricto espectro de la dignidad humana. Para ello, y como he mencionado en colaboraciones anteriores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha estructurado una serie de protocolos para la atención de personas en situación de vulnerabilidad. En este artículo quiero reflexionar con ustedes. Miren.
Cuando un problema es constante y, además, diversos actores promueven la inconformidad en comento ante los tribunales, la luz roja se enciende en el poder judicial federal. Lo menciono porque la SCJN tiene esa facultad de atraer dicha problemática y pronunciarse en consecuencia. ¿Qué pasaría si trasladamos este razonamiento al poder ejecutivo? Es decir, imaginen que en el estado y en distintos municipios yace un conflicto que afecta el ejercicio de un derecho humano.
En el mejor de los casos, cada autoridad les dará una respuesta diferente para tapar el bache. ¿Por qué no homologamos criterios? La realidad es que yo percibo una carencia notable de política pública para la protección de los grupos vulnerables, ¿por qué no generar acciones aplicables a la esfera administrativa en virtud de un conjunto de denuncias? Todo con fundamento en una exigencia legítima y acorde al marco constitucional. Vamos a generar protocolos. Considero que todos los gobiernos estatales y municipales deberían de consolidar oficinas ex profeso para la promoción y garantía de los derechos humanos. Lo anterior, con la finalidad de contar con guías de acción y planes estratégicos sin la necesidad de improvisaciones o respuestas a medias. Aquí un área de oportunidad.