La última ocurrencia fue una iniciativa presentada por el presidente ante la Cámara de Diputados para que la CFE tenga prioridad en la venta y suministro de energía
Hugo Lora
Este sexenio ha estado colmado de temas controversiales: COVID-19, Guardia Nacional, corrupción, proyectos insostenibles y las millonarias pérdidas de las empresas productivas del estado (Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad). Para darnos una idea, CFE tan solo en el primer semestre del año pasado perdió casi 100 mil millones de pesos, monto que equivale a la compra de más de 5 millones de vacunas contra el COVID-19 o la construcción de 4 estadios azteca.
Debido a lo anterior, el Gobierno federal ha hecho hasta lo imposible por salvar a esta empresa, pero estos intentos han puesto y están poniendo en peligro la credibilidad de las instituciones del país y la validez de varios tratados internacionales.
La última ocurrencia fue una iniciativa presentada por el presidente ante la Cámara de Diputados para que la CFE tenga prioridad en la venta y suministro de energía sobre la generada por empresas privadas.
Revisando más a detalle esta iniciativa, se pueden predecir varios problemas: primero, arremete en contra de los compromisos adquiridos en tratados internacionales (como el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá), acuerdos comerciales y de protección a la inversión; segundo, se presta a la posibilidad de una expropiación indirecta de las plantas de generación privadas pues al cambiar de esta manera el marco legal se generaría un monopolio en el despacho de la electricidad en nuestro país; tercero, viola la constitución, ya que atenta contra la no retroactividad de la ley, es decir, lo que se reforme en la ley no puede afectar los acuerdos que se tenían antes de que fuera reformada; por último, aumentaría el costo de la energía de manera brutal, según datos preliminares un 63 por ciento.
No encuentro otra palabra que no sea necedad para describir los actos cometidos por esta administración, y no solo en cuanto a CFE, los proyectos prioritarios del gobierno (Tren Maya, Refinería Dos Bocas y Aeropuerto de Santa Lucía) también han sido recibidos de manera muy negativa por parte de la iniciativa privada a nivel nacional e internacional y, sabiendo todo esto, el presidente aún tiene niveles altos de aprobación a nivel nacional.
Pero en nuestro estado las cosas siempre son diferentes, mejores. Es por eso que en junio tenemos que rectificar y proteger a nuestro estado para que esta marea púrpura no llegue a nuestra costas.