En lugar de que los países cooperen unos con otros para llevar a cabo una campaña global de vacunación para eliminar el COVID-19 a nivel mundial, las superpotencias cada vez se enfrascan más en una competencia sin misericordia para acaparar las más vacunas posibles en pro de sus poblaciones
Abel Mejía/Zero Filtros
Los nombres ya hasta los soñamos… Pfizer & BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Sputnik V, SinoVac, Sinopharm, Cansino, etc. Todos ellos traen un rayiiiiito de esperanza, no sin sus dudas, pero es desesperante ver que lo que parece tan cerca, realmente está tan lejos.
No hace mucho que el panorama se veía muy prometedor, cuando uno tras otro Pfizer, Moderna y Astra Zeneca anunciaban con bombo y platillo el éxito en el desarrollo de la vacuna. Las noticias eran particularmente significativas si se consideraba que las primeras previsiones indicaban que se tomaría al menos 10 años para desarrollarlas y que fueran efectivas; el que las vacunas se pudieran materializar en menos de 1 año es cosa poco menos que milagro. Hasta ahí, el mundo respiraba más tranquilo, ya se tenía la vacuna, era ahora cuestión de producirla en masa y aplicarla. Tal vez no era el principio del final, pero si al menos el final del principio…
Amargo despertar el que hemos tenido en días pasados, donde ha quedado claro que aún falta mucho y, potencialmente, de lo más complicado: la distribución eficiente y equitativa de las vacunas. Y he aquí donde estamos viendo lo que en los futuros libros de historia seguro se conocerá como “La Absurda Guerra de las Vacunas”, que será casi casi tan infame como la Guerra de los Pasteles para nuestro país. He aquí, querido lector, que en lugar de que los países cooperen unos con otros para llevar a cabo una campaña global de vacunación para eliminar el COVID19 a nivel mundial, las superpotencias cada vez se enfrascan más en una competencia sin misericordia para acaparar las más vacunas posibles en pro de sus poblaciones.
Así vemos como la Unión Europea ya amenazó con poner controles a la exportación de vacunas a otros países, incluyendo a su ex miembro Gran Bretaña, como los diferentes estados de los E.U.A. establecen restricciones mayores para que solo puedan ser susceptibles de vacunarse quienes comprueben ser residentes, como China y Rusia usan sus vacunas como un arma diplomática, prometiendo entregas prontas y a precio bajo a otros países cambio de… quien sabe qué, pero créanme seguro no fueron hermanitas de la caridad. Tristemente vemos como, una vez más, la globalización en su modalidad actual puramente mercantilista, encuentra límites importantes frente a intereses nacionalistas egoístas.
Y todo esto ha conducido a un fracaso en el proceso de vacunación pues solo hemos visto tasas de vacunación exitosas o semi-exitosas en Israel (45%), Emiratos Árabes (26%) y Reino Unido (10%). México, ni se diga… tan lejos de las vacunas y tan cerca de López Gatell. Digo, ahí nomás para reflexionar… Hagamos diálogo en @MrMejiaCosenza.