La FGR abrió su propia investigación, retomando también las pruebas del caso que del Departamento de Justicia proporcionó a las autoridades mexicanas
María Guadalupe Murguía Gutiérrez/Hablando claro
La FGR determinó el no ejercicio de la acción penal en contra del ex secretario de la Defensa Nacional, acusado de narcotráfico en Estados Unidos.
Como se recordará, producto de una gestión diplomática y a pesar de que decían contar con una investigación sólida, el Departamento de Justicia de ese país se desistió de los cargos penales contra el ex secretario Cienfuegos, para que fuera investigado y, en su caso, imputado conforme a las leyes mexicanas.
La FGR abrió su propia investigación, retomando también las pruebas del caso que del Departamento de Justicia proporcionó a las autoridades mexicanas.
Dos meses después, la FGR dio a conocer que no encontró elementos suficientes para demostrar la responsabilidad del General Cienfuegos en la comisión de los delitos que se le imputaban, por lo cual quedó exonerado.
La noticia generó muchos cuestionamientos y el Departamento de Justicia estadounidense manifestó su molestia por la decisión de la FGR de hacer público el expediente que le habían remitido, lo que a su juicio representó una franca violación al Tratado de Asistencia Legal Mutua.
Ante el cúmulo de críticas en la opinión pública, el Fiscal General Alejandro Gertz Manero emitió tronantes declaraciones, que a mi modo de ver le hicieron perder el fondo del asunto.
La explicación del Fiscal parece sensata y apegada a derecho en cuanto a que desde el punto de vista técnico-jurídico, de las evidencias proporcionadas por las autoridades estadounidenses y las investigaciones que dijo llevar a cabo la propia Fiscalía, no se encontraron elementos suficientes para inculpar y llevar a juicio al General.
Sin embargo, más allá de la cuestión jurídica abrió una confrontación con la DEA y el Departamento de Justicia de EUA, a los que retó a combatir la resolución de la FGR en instancias judiciales internacionales.
Y en este tenor, sumamente molesto expresó una serie de descalificaciones en contra de colectivos, analistas y columnistas que piden su remoción del cargo, a los que acusa de quererlo dañar.
Lo cierto es que el Fiscal explotó y con estridencias y vituperios ayudó a tensar más la agenda binacional que tendrá en el tema de seguridad la primera prueba de fuego con el nuevo gobierno de EU.
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