Hace un año, probablemente nadie imaginaba la magnitud de lo que nos esperaba a la vuelta de la esquina. Hoy, casi un año después de que comenzara la pandemia, hemos confirmado que los ecosistemas digitales son una gran necesidad
Bruno Abrantes
Si algo nos dejó de aprendizaje de 2020 es que lo único permanente es el cambio. Hace un año, probablemente nadie imaginaba la magnitud de lo que nos esperaba a la vuelta de la esquina. Hoy, casi un año después de que comenzara la pandemia, hemos confirmado que los ecosistemas digitales son una gran necesidad.
Muchas de las acciones que las empresas realizaban de forma presencial se han tenido que adaptar a pasos acelerados: viajes de negocios, juntas, seminarios, cursos y talleres, que son parte de nuestro día a día. Los grandes jugadores han adaptado sus herramientas de trabajo para lograr una comunicación efectiva dentro de sus organizaciones y poco a poco nos dimos cuenta que resulta más eficaz la comunicación digital, pues rompe las barreras geográficas y temporales. Decimos adiós a factores externos como el tráfico, el transporte, pero aún más, nos dimos cuenta que sin importar dónde estemos, podemos participar.
De esta forma, los eventos presenciales se pusieron en pausa. Pero al ver que el mundo no se detiene, los eventos colectivos han tenido que transformarse a versiones digitales nunca antes imaginadas. De la misma forma que las juntas pueden ser virtuales, ¿por qué no, todos esos eventos en los cuales llegas a tu cliente potencial?
Hoy en día la clave es contar con una herramienta como el Digital Virtual Center que da la posibilidad de hacer tus eventos, exposiciones o congresos en línea. Las ventajas de esta nueva normalidad es que el alcance es global, se rompen barreras geográficas y cuentas con datos duros al momento. Por ello, el futuro de los ecosistemas digitales es exponencial y no contar con ellos es quedar rezagado del mercado. Morir.