Desde noviembre de 2016 se desató una fuerte controversia cuando los líderes de los clubes comenzaron a responder a las políticas divisorias y raciales del exmandatario Trump
Iván Torres
Los campeones de los equipos profesionales y colegiales de los Estados Unidos volverán a visitar al Presidente de la nación americana. Hasta antes de la llegada de Donal Trump a la Casa Blanca, se acostumbraba que los monarcas de la NFL, NBA, NHL, MLS, NCAA y Olímpicos, asistieran a ver al mandatario como un premio más del logro alcanzado, el protocolo estaba diseñado para que el presidente les diera una palabras resaltando la hazaña lograda y a su vez, el equipo visitante entregaría el “jersey”, “playera”, “franela” u otro artículo usado en la competencia, un evento dedicado a realizar una fiesta y a resaltar los valores que generan lo deportes en los estadounidenses, fuerza, disciplina, talento, justicia y competencia.
Desde noviembre de 2016 se desató una fuerte controversia cuando los líderes de los clubes comenzaron a responder a las políticas divisorias y raciales del exmandatario Trump. Los primeros en desertar la visita fueron 20 jugadores de los Patriotas de Nueva Inglaterra en 2017. A Trump no le importó tanto, sin embargo, meses más tarde, el boicot de los campeones de la NBA, los Warriors de Golden State, hizo enojar al “jefe de la nación”.
El jugador más valioso Stephen Curry estableció su postura en favor de la concordancia y dijo: “Tenemos la oportunidad de hacer una declaración que, esperemos, estimule la unidad, nos impulse a considerar lo que significa ser estadounidense y luchar por algo”. Después vinieron los también basquetbolistas Kevin Durant, Lebron James y en la NFL, la protesta mayúscula se dio cuando Colin Kaepernick, se hincó al inicio de un partido, justo en el himno nacional estadounidense, su demanda racista por los asesinatos de policías a personas de color repercutió en el mundo, pero la NFL, después de que Trump lo señaló e instó a los dueños a correrlo.
Lamentablemente le costó el veto al jugador, hasta que llegó el incidente de George Floyd y la NFL de alguna manera tomó conciencia, tardía redención. Incluso Trump se peleó como niño con la capitana de la selección femenil de futbol de Estados Unidos campeona del mundo, Megan Rapinoe, cuando esta se negó ir Washington. Así fue como ya no asistieron las Águilas de Philadelphia y los Lakers de Los Angeles.
Cabe mencionar que los beisbolistas dejaron de lado la política y si acudieron a la invitación de la Casa Blanca, Medias Blancas y Astros, también los de la NHL, Pittsburg y Washington. Fueron criticados y también se generó división en el deporte, dividir siempre fue bandera de Trump. Ahora Joe Biden hará volver a los campeones a la Casa Blanca para retomar esa feliz tradición perdida, el próximo saldrá de la NFL.