Pasando a otro asunto, ‘El Cártel del Gol’, el periodista quintanarroense Amir Ibrahim, destapó una cloaca de corrupción en el futbol mexicano
El Gallo 12
Vaya sorpresa que nos llevamos el pasado domingo cuando vimos la alineación del equipo, 8 cambios con respecto al cuadro anterior, con una clara tendencia a defenderse, salieron 3 medios de contención, situación que incomodó, sobre todo porque jugamos como locales. El cuadro se vio desarticulado, sin llegada ni orden en la media cancha, y a pesar del dominio del Atlas, conseguimos que nos marcaran un penal a favor, el cual, Silveira (19) echó por la borda. Para el 2.° tiempo, hubo ajustes, entraron Ramírez (7) como enlace izquierdo y Meza (33) a la lateral derecha, con esto, adelantó a la contención a Valencia (14), abrió a Madrigal (8) por el lado derecho y se comenzó a tener más llegada, siguió el alud de cambios, y aunque usted no lo crea, entró Da Costa (23) y casi para terminar el partido, minuto 87, nos regaló un zapatazo que se incrustó en las redes, y bueno, a respirar y disfrutar del triunfo, sobre todo al quedarnos con los 6 puntos en la tabla porcentual, que nos colocan por encima de Juárez, Tijuana y Mazatlán.
Pasando a otro asunto, ‘El Cártel del Gol’, el periodista quintanarroense Amir Ibrahim, destapó una cloaca de corrupción en el futbol mexicano, que en Querétaro nos puso a temblar a más de uno, y no precisamente me refiero a dos de los actuales dueños de nuestro equipo, que se vieron “salpicados”, ellos sabrán, y se defenderán en caso de no ser culpables. A quien puso a tiritar, y no precisamente de frío, es a la afición, se nos aparecieron “fantasmas del pasado”, y desfilaron en nuestra memoria, tantos y tan nefastos directivos, que no queremos que eso se repita… González Rivas, “El famoso Tío”, Axel Bulle, Petricevic, Yañez, por mencionar los peores. Señores Velarde y Taylor, estamos esperando un pronunciamiento de su parte, ya no permitan que ensucien el nombre de nuestro equipo, confiamos en ustedes, pero por favor “digan algo”… porque recuerden, “qué el que calla otorga”.