El Tren Maya está generando fuentes de empleos directas e indirectas en ciudades y comunidades de la región durante esta etapa de construcción y lo seguirá haciendo en las etapas de operación y mantenimiento
Mauricio Ruiz Olaes
Una de las principales promesas de campaña de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador fue que llevaría el progreso y desarrollo al sureste de nuestro país y así lo está haciendo. Desde que arrancó el proyecto del Tren Maya hace más de 6 meses los trabajos han continuado ya que se trata de una obra de suma importancia para el sureste en lo que se refiere a lo económico.
El Gobierno Federal tiene muy clara la estrategia en esta contingencia, consiste en el equilibrio de cuidar la vida y que se promueva la actividad económica y haya bienestar en nuestro país. El detener este proyecto nunca ha sido una opción, tomar una decisión así sería catastrófico para nuestro país, ya que actualmente miles de personas laboran esta magna obra.
El Tren Maya está generando fuentes de empleos directas e indirectas en ciudades y comunidades de la región durante esta etapa de construcción y lo seguirá haciendo en las etapas de operación y mantenimiento. El impacto económico para este año alcanzará una derrama económica de 35,000 millones de pesos para esa zona del país, además a corto plazo se espera que traerá oportunidades de desarrollo profesional para todos, pero especialmente para las generaciones más jóvenes, habrá trabajos para profesionistas, personas con formación técnica, que desempeñarán ciertos oficios.
Cabe recalcar que la ONU-Hábitat ha señalado que el Tren Maya permitirá que cerca de un millón 100 mil habitantes del sureste del país dejen la pobreza para el año 2030, esto debido al impacto económico que el proyecto ferroviario tendrá en la región. El Gobierno Federal ha puesto manos a la obra para que el Sureste nunca más se quede atrás, dejando los cimientos de infraestructura de transporte y conectividad para que el desarrollo llegue a esa región.