En México seguimos asistiendo a los estadios a ver un partido de futbol
Enrique Álvarez
El martes en la noche disfrutaba la final de la liga de campeones de Concacaf. En la transmisión mencionaron un dato para reflexión: El plantel del LAFC vale más que cualquier equipo de la Liga Mx. Y cierto estoy que el valor de marca también es mayor que el de la mayoría de los equipos mexicanos (América y Chivas deben de ser la excepción).
¿Qué me lleva a asegurar esto? Hay varios aspectos de infraestructura que permiten dimensionar el valor de la marca. Los describo:
Estadio propio: Algo tan básico como la sede donde juegan y entrenan los equipos, no es propiedad de la institución deportiva. No hay mejor ejemplo que Club Querétaro. Su estadio y su centro deportivo son del Gobierno. Al no poderse explotar al 100% comercialmente ni para eventos alternos, limita la generación de paquetes comerciales y expansión de infraestructura que genere una mayor economía.
Administración profesional: Los equipos de futbol siguen manejándose como eso, un equipo de futbol, donde el sentimiento y las decisiones basadas en pasión y resultados, son lo que impera. Sin embargo, los equipos son entidades que dependen al 100% de resultados financieros, así que, las decisiones deportivas, como los negocios, deberían de ser tomadas con cabeza fría y con un horizonte de mediano plazo.
Espectáculo: En México seguimos asistiendo a los estadios a ver un partido de futbol. Y se hace planeación para ese evento. Incluso las autoridades de protección civil se empeñan en abrir las puertas del estadio poco tiempo previo al partido y desean desalojar rápido al término del mismo. ¿Y si permitieran un horario más holgado, donde los patrocinadores tuvieran un espacio para interactuar con los asistentes, donde los vendedores de servicios pudieran vender más comida, bebida y merchandising, y donde pudiera sumarse una segunda actividad de entretenimiento y no solo el partido?
Estos 3 elementos son base para la transformación de una institución deportiva, y le dará arraigo y solidez financiera.