El carácter punitivo se debe a la falta de automotivación del alumno y un diseño de evaluación poco adaptado a los objetivos
Seth Pérez
La educación en confinamiento permite repensar algunas prácticas como la evaluación de alumnos en aulas que eviten copiar o darle un carácter punitivo a las calificaciones. Hugo Pardo y Cristóbal Cobo analizan en el artículo ‘Expandir la universidad más allá de la enseñanza remota de emergencia’ este y otros fenómenos con experiencias diversas, entre ellas la de Manuel Castells, actual Ministro de Universidades en España
Pasar de la calificación sancionadora a la autoevaluación permanente en una cultura de confianza es el reto. Para los autores el carácter punitivo se debe a la falta de automotivación del alumno y un diseño de evaluación poco adaptado a los objetivos de aprendizaje. Observan que el alumno al buscar superar los obstáculos de la evaluación para pasar la materia o lograr una calificación, dejan al maestro un poder en el examen sin cuestionar el objetivo que no se cumple ni el medio.
Una salida es aplicar evaluaciones a manera de juego donde los alumnos se autoevalúen y evalúen a compañeros, así como una evaluación de competencias duras y blandas del estudiante. Hay mucho que aprender y muchas interrogantes: ¿Cómo evaluar correctamente el trabajo en grupo? ¿cuenta la asistencia con la cámara apagada?, etc. ¿Usted qué opina?